Chicago. El Comité de Investigación, Planificación y Revisión de la Asociación de Bibliotecas Universitarias y de Investigación de Estados Unidos (ACRL, por sus siglas en inglés) dio a conocer las tendencias de las bibliotecas universitarias de ese país. Lo hizo a partir de una revisión de la literatura y de una encuesta a sus miembros realizada en febrero de 2010. He aquí un resumen de sus resultados:
1) Los pedidos de los usuarios influyen en el crecimiento de la colección: los recortes presupuestarios, las demandas para el acceso remoto, el espacio físico limitado y los costos para sostener las grandes colecciones llevaron a muchas bibliotecas a cambiar su política del “por si acaso” (just-in-case) hacia el “justo a tiempo” (just-in-time). Aumentó el protagonismo de las colecciones locales digitalizadas y accesibles en línea. Para los investigadores es más importante acceder al texto completo de las fuentes más que descubrir nuevas fuentes.
2) Aumenta la presión a nivel presupuestario: muchas bibliotecas sufrieron la reducción de presupuesto para la compra de materiales en el período fiscal 2009-2010 y en el futuro habrá más recortes. Hay preocupación sobre los efectos de esos recortes para atraer y retener personal, construir colecciones, proveer acceso a los recursos y servicios y para desarrollar servicios innovadores.
3) Los cambios en la educación superior requerirán que los bibliotecarios posean nuevos tipos de aptitudes: a medida que los cambios tecnológicos siguen impactando en las bibliotecas y en el comportamiento de las colecciones, los bibliotecarios deben ampliar sus aptitudes para brindar servicios y necesitarán capacitarse en forma permanente para continuar en la profesión.
4) Aumentarán los pedidos de informes e inventario: las bibliotecas universitarias deben informar y fundamentar el valor que proveen a los usuarios y a la institución. Es importante demostrar el impacto de la biblioteca en los trabajos de los estudiantes, en la matrícula, en las becas y en la investigación de las facultades. Las bibliotecas deben documentar con datos cuantitativos y cualitativos el valor de sus servicios y de sus colecciones.
5) Aumentará la digitalización de las colecciones especiales: los proyectos de digitalización logran que las colecciones especiales ocultas y poco usadas sean accesibles a los investigadores a nivel mundial. La digitalización implica reasignar fondos del presupuesto debido a los altos costos de personal, equipos y almacenamiento. Como las demás colecciones y servicios, la digitalización también puede verse afectada por la reducción presupuestaria.
6) El crecimiento explosivo de los dispositivos móviles y sus aplicaciones provocará la creación de nuevos servicios: los nuevos celulares, los e-readers, los iPads, y otros aparatos portátiles generan pedidos y expectativas de los usuarios. Las bibliotecas ofrecerán servicio de referencia por mensajes de texto y también interfaces de servicios para celulares.
7) La colaboración expandirá el rol de la biblioteca dentro y fuera de la institución. Hay que colaborar con la universidad integrando los recursos en la currícula; trabajar con los investigadores para ofrecer acceso a los recursos digitales; colaborar con los informáticos para desarrollar tutoriales en línea y mejorar las interfaces; ofrecer a los estudiantes servicios de apoyo integrados y cooperar con los bibliotecarios de otras instituciones para mejorar el software de código abierto, el uso de los recursos compartidos, la compra de materiales y la preservación de las colecciones.
8) Las bibliotecas continuarán esforzándose por mejorar la comunicación académica y los servicios de propiedad intelectual. Durante décadas, las bibliotecas universitarias reconocieron la importancia de la comunicación científica y la propiedad intelectual. Hay una tendencia proactiva para educar a los profesores y estudiantes sobre derechos de autor y las opciones de publicación en acceso abierto y a recopilar contenido para los repositorios institucionales.
9) La tecnología seguirá cambiando los tipos de servicios. La computación en la nube, la realidad virtual y aumentada, las herramientas de descubrimiento, el acceso abierto, el software de código abierto y las nuevas herramientas de las redes sociales son algunos de los cambios más influyentes. Mientras que las redes sociales pueden ayudar a las bibliotecas a estar presentes donde los usuarios vayan, también presentan desafíos al obligar a decidir qué herramientas usar y cómo orientar al usuario con efectividad.
10) La definición de biblioteca cambiará a medida que se redefine el espacio físico y se expande el espacio virtual. Si bien las bibliotecas ofrecen más recursos que antes, disminuye la cantidad de libros “físicos” y las suscripciones a revistas académicas. Los materiales menos usados son trasladados a depósitos externos liberando áreas que son redefinidas para ofrecer espacio a los estudiantes y al trabajo colaborativo. Muchas bibliotecas han agregado centros de escritura, tutoría y multimedios para ofrecer servicios de apoyo múltiples en un mismo lugar físico.
[Fuente: College & Research Libraries News, vol. 71, n. 6 (june 2010), p. 286-292. Resumen de Eduardo Giordanino]
1) Los pedidos de los usuarios influyen en el crecimiento de la colección: los recortes presupuestarios, las demandas para el acceso remoto, el espacio físico limitado y los costos para sostener las grandes colecciones llevaron a muchas bibliotecas a cambiar su política del “por si acaso” (just-in-case) hacia el “justo a tiempo” (just-in-time). Aumentó el protagonismo de las colecciones locales digitalizadas y accesibles en línea. Para los investigadores es más importante acceder al texto completo de las fuentes más que descubrir nuevas fuentes.
2) Aumenta la presión a nivel presupuestario: muchas bibliotecas sufrieron la reducción de presupuesto para la compra de materiales en el período fiscal 2009-2010 y en el futuro habrá más recortes. Hay preocupación sobre los efectos de esos recortes para atraer y retener personal, construir colecciones, proveer acceso a los recursos y servicios y para desarrollar servicios innovadores.
3) Los cambios en la educación superior requerirán que los bibliotecarios posean nuevos tipos de aptitudes: a medida que los cambios tecnológicos siguen impactando en las bibliotecas y en el comportamiento de las colecciones, los bibliotecarios deben ampliar sus aptitudes para brindar servicios y necesitarán capacitarse en forma permanente para continuar en la profesión.
4) Aumentarán los pedidos de informes e inventario: las bibliotecas universitarias deben informar y fundamentar el valor que proveen a los usuarios y a la institución. Es importante demostrar el impacto de la biblioteca en los trabajos de los estudiantes, en la matrícula, en las becas y en la investigación de las facultades. Las bibliotecas deben documentar con datos cuantitativos y cualitativos el valor de sus servicios y de sus colecciones.
5) Aumentará la digitalización de las colecciones especiales: los proyectos de digitalización logran que las colecciones especiales ocultas y poco usadas sean accesibles a los investigadores a nivel mundial. La digitalización implica reasignar fondos del presupuesto debido a los altos costos de personal, equipos y almacenamiento. Como las demás colecciones y servicios, la digitalización también puede verse afectada por la reducción presupuestaria.
6) El crecimiento explosivo de los dispositivos móviles y sus aplicaciones provocará la creación de nuevos servicios: los nuevos celulares, los e-readers, los iPads, y otros aparatos portátiles generan pedidos y expectativas de los usuarios. Las bibliotecas ofrecerán servicio de referencia por mensajes de texto y también interfaces de servicios para celulares.
7) La colaboración expandirá el rol de la biblioteca dentro y fuera de la institución. Hay que colaborar con la universidad integrando los recursos en la currícula; trabajar con los investigadores para ofrecer acceso a los recursos digitales; colaborar con los informáticos para desarrollar tutoriales en línea y mejorar las interfaces; ofrecer a los estudiantes servicios de apoyo integrados y cooperar con los bibliotecarios de otras instituciones para mejorar el software de código abierto, el uso de los recursos compartidos, la compra de materiales y la preservación de las colecciones.
8) Las bibliotecas continuarán esforzándose por mejorar la comunicación académica y los servicios de propiedad intelectual. Durante décadas, las bibliotecas universitarias reconocieron la importancia de la comunicación científica y la propiedad intelectual. Hay una tendencia proactiva para educar a los profesores y estudiantes sobre derechos de autor y las opciones de publicación en acceso abierto y a recopilar contenido para los repositorios institucionales.
9) La tecnología seguirá cambiando los tipos de servicios. La computación en la nube, la realidad virtual y aumentada, las herramientas de descubrimiento, el acceso abierto, el software de código abierto y las nuevas herramientas de las redes sociales son algunos de los cambios más influyentes. Mientras que las redes sociales pueden ayudar a las bibliotecas a estar presentes donde los usuarios vayan, también presentan desafíos al obligar a decidir qué herramientas usar y cómo orientar al usuario con efectividad.
10) La definición de biblioteca cambiará a medida que se redefine el espacio físico y se expande el espacio virtual. Si bien las bibliotecas ofrecen más recursos que antes, disminuye la cantidad de libros “físicos” y las suscripciones a revistas académicas. Los materiales menos usados son trasladados a depósitos externos liberando áreas que son redefinidas para ofrecer espacio a los estudiantes y al trabajo colaborativo. Muchas bibliotecas han agregado centros de escritura, tutoría y multimedios para ofrecer servicios de apoyo múltiples en un mismo lugar físico.
[Fuente: College & Research Libraries News, vol. 71, n. 6 (june 2010), p. 286-292. Resumen de Eduardo Giordanino]
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