24 abr 2010

G. Verdi: ''Ah, piangi fanciulla'', dúo del Acto II de ''Rigoletto''





Sumi Jo, soprano (Gilda)

Hyun Soo Choi, barítono (Rigoletto)

Myung Whun Chung, director

"Rigoletto", con música compuesta por Giuseppe Verdi, es la ópera que inicia la trilogía que haría a su autor definitivamente popular en toda Italia, aunque Verdi ya había cosechado algunos importantes éxitos anteriores como "Nabucco", "Ernani" o "Macbeth". En una Italia social y políticamente convulsa, camino de lo que sería dos décadas después la unificación del país trasalpino, Verdi comenzó a ser considerado un héroe gracias a coros tan famosos como el "Va, pensiero!" (Nabucco),o "Patria oppressa" (Macbeth), considerados como verdaderos gritos de libertad del pueblo italiano, deseoso de liberarse del yugo del Imperio Austrohúngaro en el norte o de la opresión de los Borbones en el sur. Así, de boca en boca, el acróstico VERDI (Vittorio Emanuele Re D'Italia) era una manera de evocar también a un compositor que no cesaba tampoco de fomentar esa ilusión unificadora que en 1.861 le llevaría a ser designado senador en Turín.


"Rigoletto" se estrenó en el Teatro de la Fenice en 1.851 obteniendo gran éxito popular desde su primera función. Basada en la obra del dramaturgo francés Victor Hugo, "Le roi s'amuse", la ópera tuvo problemas con la censura que la consideraba inmoral y obscena. Tras un tira y afloja entre los censores y el compositor, éste consiguió mantener lo fundamental y sólo cambió el emplazamiento de la acción, que pasó de Francia al ducado de Mantua, y otras cosas menores.

La bellísima cantinela de “Ah, piangi, fanciulla” es como un bálsamo que surge de un corazón de un padre destrozado: exige canto a media voz dulce y timbrada y un legato que acoja paternalmente a Gilda.

Estrenan el documental más caro de la historia



El documental “Océanos”, considerado como el más caro de la historia del cine , se presentó en las últimas horas en España. Con un presupuesto de más de 50 millones de euros, el film muestra los secretos de la vida marina jamás visto hasta el momento.

El documental fue dirigido por Jacques Perrin y Jacques Cluzaud, nominados al Oscar al Mejor Documental en 2003 por Nómadas del viento. El trabajo explora la cara más desconocida de la Tierra, desde as lagunas tropicales y los témpanos polares hasta las inexploradas profundidades donde no llega la luz del sol.

La película muestra la flora y la fauna de todos los mares del planeta, en los que descubre cómo viven y cuáles son las amenazas de especies como las ballenas jorobadas, los dragones de mar, las medusas gigantes, los osos polares, los tiburones blancos, los pingüinos y los corales.

Los directores trabajaron ocho años en el documental, de los que destinaron cuatro a filmar en los mares de todo el mundo. Las cámaras surcan los mares desde Venezuela a las Bahamas, pasando por las Islas Galápagos, México, Canadá, Australia, la Antártida, las Islas Azores, Japón, Italia y Grecia, entre otros.

23 abr 2010

23 de abril, DÍA DEL LIBRO



21 abr 2010

Libros para la Feria del libro 2010


La estrategia del agua
Bien, ya os hemos contado nuestros favoritos, al menos parte de ellos, para el Día del Libro y también para la Feria. No estaría de más que analizáramos los grandes lanzamientos de las principales editoriales para ver qué es lo que nos vamos a encontrar en grandes cantidades.
El hipnotista: Curiosa palabra, hipnotista. Mezcla de hipnotizador y mentalista, supongo. Puestos a inventarse oficios, también habría valido El hipnopeuta o tal vez El hipnador. Dejando a un lado esa curiosidad en el título, El hipnotista es uno de esos libros que se venden a precio de oro en las ferias profesionales y que están predestinados al top de ventas. Con autor sueco -autores, de hecho, Lars Kepler es un seudónimo- y argumento de novela negra, pretenden repetir el éxito Larsson.
El asedio: Reverte es mucho Reverte. Cuando saca novedad las estanterías tiemblan. Cuando la novedad es sobre una batalla histórica, más todavía. Las primeras críticas apuntan a que El asedio es… otro libro más de Pérez Reverte: ideal para regalar a los padres y fieles seguidores de este autor muchas veces controvertido.
Venganza en Sevilla: Matilde Asensi llevaba tiempo sin sacar libro y eso se nota. Había cierta orfandad en el mundo del best-seller hispano y la segunda parte de Tierra Firme está haciendo buenos números en su carrera previa a la Feria. Uno de los candidatos a “pila de libros” del mes.
El viaje al poder de la mente: Con Eduardo Punset tenemos debilidad en Lecturalia, así que es uno de los pocos casos en que gran apuesta editorial y nuestro gusto coinciden plenamente. El viaje al poder de la mente es otro de esos grandes libros de ensayo que todo el mundo debería leer.
La estrategia del agua: Aquí se juegan la carta de una serie policiaca, negra y española. Lorenzo Silva tiene mucho tirón y puede ser uno de los éxitos que pocos se esperan. La campaña ya está apretando, con cuñas en radio, por ejemplo, así que, suponemos, este título será bastante visible en los tenderetes.
Mi amigo Stieg Larsson: ¿Logrará un libro sobre la vida de Stieg Larsson meterse en el top de ventas de la Feria? Yo creo que no, pero no al 100%. En un país de cotillas como es España, nunca se puede subestimar el poder de un libro “no autorizado” como el de Kurdo Baski.
Lo que esconde tu nombre: El Premio Nadal se ha hecho fuerte en las listas y tiene un tirón que puede colocar el libro de Clara Sánchez muy arriba. ¿Acompañará la campaña de promoción? Destino tiene aquí un posible best-seller. A tener en cuenta.
Del Premio Planeta de 2009, sin embargo, tenemos menos noticias. El recorrido de Contra el viento no parece el mejor en la historia del galardón, pero no se puede subestimar el poder de la Fuerza (y Fuerza, Fuerza, Planeta tiene más que Yoda)
En cuanto al mundo juvenil, habrá que preparase para una invasión de ángeles, brujas, vampiros y demás fauna sobrenatural en busca de ligue. A destacar Blanca para la magia y Hermosas criaturas, que tienen todos los números para acompañar a la última edición de lujo de Crepúsculo.
En cuanto a Perdona, pero quiero casarme contigo, de Moccia, no sé si al final podríamos calificarlo de juvenil, adulto o peterpanesco, pero lo cierto es que es otro de los títulos que va a ser imposible pasar por alto en las casetas de la feria.
¿Alguna novedad más que teméis se haga omnipresente? Dejad vuestra opinión, como siempre, en los comentarios.
Autores relacionados:
Arturo Pérez-Reverte
Clara Sánchez
Eduardo Punset
Federico Moccia
Kurdo Baski
Libros relacionados:
Blanca para la magia
El asedio
El hipnotista
El viaje al poder de la mente
Hermosas criaturas
 

Ardores de Agosto, de Andrea Camilleri

Ardores de agosto
Agosto en Sicilia. Sol. Calor. Turistas.
Hace tanto bochorno que nadie puede salir a la calle sin acabar bañado en sudor, las tiendas se han quedado sin aire acondicionado o ventiladores; lo único que apetece es darse un baño en el mar y dejar pasar la tarde con una cerveza fresca en la mano.
O al menos eso es lo que debería pasar según el Comisario Montalbano. Por desgracia para él, y por fortuna para nosotros, no es eso lo que sucede en Ardores de Agosto, una nueva entrega del escritor Andrea Camilleri.
Según Montalbano, “en Agosto no hay asesinatos en Sicilia, hace demasiado calor incluso para los criminales”, pero, tal y como se presenta en el libro, el comisario acaba sin disfrutar de las vacaciones el 15 de Agosto, aunque tampoco es que le hiciera demasiada ilusión.
En Ardores de Agosto asistimos al descubrimiento de un cadáver en un chalet ilegal, una joven de quince años degollada y escondida en un baúl durante casi diez años. Lo malo para Montalbano es que ese chalet ilegal era el sótano de una casa alquilada a los amigos de su novia que iban a pasar el verano. El asunto del muerto no les hace demasiada gracia y, novia incluida, abandonan Sicilia para el resto del verano.
La historia sobre la que Camilleri plantea la historia no es nada nuevo, asesinato, investigación más o menos rápida, un par de giros sorprendentes y una impactante resolución. Pero, como ya debería saber todo el mundo aficionado a la novela negra, lo importante de Camilleri es cómo cuenta las cosas. Es una verdadera delicia asistir a la economía de medios con la que el escritor italiano va trazando pinceladas y llevándonos exactamente por donde él quiere.
No es de extrañar que le de tiempo en apenas doscientas páginas, a hablar de política, corrupción, mafia, sentimientos, amoríos, relaciones entre personajes, asesinatos y comida -la comida es fundamental, como siempre, en esta ocasión en forma de ensaladas varias y platos fríos, por supuesto-, logrando un trabajo que a otros les cuesta miles de páginas y varios libros más.
Camilleri nos muestra a un Montalbano mayor, maduro, que se resiste por un momento a aceptar su propia edad y que vive en carne propia el efecto secundario de ese calor asfixiante que, por momentos, le impide pensar con claridad, volviéndose, quién lo diría, casi un adolescente.
En resumen, un buen libro de Camilleri que se lee con facilidad y no defrauda en ningún momento, si acaso alguna coincidencia traída por los pelos, pero que se perdona con facilidad. Después de todo, es verano en Sicilia y se hace muy difícil concentrarse en los detalles.
Autores relacionados:
Andrea Camilleri
Libros relacionados:
Ardores de Agosto
 

iPad y los eBooks: Lo hemos probado

Alfredo Álamo el 19 de Abril de 2010 en Literatura, Literatura electrónica, Mundo Editorial, Narrativa, Noticias, Tecnologí­a
iPad Lecturalia
Gracias a nuestro habitual seguidor, el cuñado de Jobs, pudimos manosear un iPad nuevecito y probar la mayor parte de sus aplicaciones, especialmente aquellas dedicadas a la lectura de libros electrónicos y documentos de texto.
Como todos los gadgets de última generación, el iPad posee muchas virtudes y a la vez unos cuantos defectos. Comenzaremos por lo que más nos ha llamado la atención en el sentido positivo.
El iPad posee una pantalla más que notable, 9,7 pulgadas, con un brillo ideal para ver fotos, navegar o pasar el rato con algún videojuego. El diseño no es sorprendente -es como un iPhone pero en grande-, pero sigue la línea de Apple.
Desde un punto de vista de fluidez en las aplicaciones, el iPad funciona sin problemas y mueve con soltura sus aplicaciones al tiempo que responde inmediatamente al ponerle los dedos encima. Hay que anotar que la respuesta de los acelerómetros es muy buena y reacciona con numerosos detallitos al movimiento.
Ahora, entremos al trapo del mundo del libro electrónico que es el principal motivo de probar el tablet de Apple.
Para acceder a los libros, el iPad posee su propio programa de lectura que hemos encontrado muy básico en algunos puntos, aspectos, que, no obstante, pueden quedar resueltos haciendo uso de otro software distinto, como el de Amazon o, supongo que aparecerá en breve, el Stanza.
iPad Lecturalia
La representación gráfica del libro es muy bonita y detallista, pero, pese al control de brillo, la elección de tipografía y tamaño o la posibilidad de ver el libro a doble página, cosas como la imposibilidad de poner un modo de contraste negativo (una de las pocas maneras de leer bastante rato en una de estas pantallas) hacen que el software pierda bastante. Desde el de Amazon sí que se controla más el aspecto final del libro y puede sincronizarse con otros dispositivos para continuar su lectura, algo muy interesante pero que ya hace el Kindle.
El sistema de marcadores es muy bonito gráficamente -simula una marca de rotulador fluorescente y se añade al índice-, pero no deja tomar notas, así que pierde gran parte de su utilidad, sobre todo porque, al no ser multitarea, no podemos tener un editor de textos abierto al lado del libro. Un gran fallo.
El lector del iPad lee ePub -no probamos con ePub DRM, pero con libros propios maquetados para otros e-readers funciona francamente bien y no ha dado problemas. Sin embargo, las exportaciones desde sistemas como Word u Open Office pueden dar algún problemilla y es mejor tratarlas como texto y no como ebooks.
iPad Lecturalia
La tienda de Apple, la iBook Store funciona de una manera similar a la App Store, con apartados de pago y gratuitos -con todo el fondo del Proyecto Gutemberg bien maquetado-, populares y por géneros. La verdad es que está muy bien montada y, en ese aspecto, es donde una pantalla brillante luce su potencial.
A la hora de leer, como ya habréis imaginado, cansa los ojos como cualquier otra pantalla, así que para una lectura concentrada o larga no es lo más apropiado. A eso hay que sumar otro inconveniente, el peso. Con casi 700 gramos de peso, algo que parece que no es mucho, se hace imposible una lectura larga sosteniendo el iPad sin un atril o soporte. Es posible que su larga autonomía -unas 10-12 horas- necesite una batería pesada. Incómodo, la verdad.
En cuanto al PDF, hay varios programas en el iPad para leer y funcionan bien, tienen muchas funciones y es bastante útil para consultar o mostrar informes. Hay incluso aplicaciones de descarga de PDF donde puedes encontrar casi cualquier libro, eso sí, maquetado con las manos del diablo.
Como ya suponíamos, el iPad no es un buen lector de libros electrónicos pero puede servirle a aquellos que, usando el dispositivo para otros usos, le dedican un poco de tiempo a la lectura. Lectores casuales o con poco tiempo libre.
iPad Lecturalia
Sin embargo, el iPad, como, supongo, la mayoría de tablets que se nos vienen encima, son muy manejables para tres tipos de lecturas y que pueden suponer una cierta ventaja sobre los lectores de tinta electrónica: Revistas, Cómics y Cuentos para niños.
El brillo, el color, los vídeos y los enlaces de Internet son perfectos para las revistas que tampoco pretenden a un lector que esté dos horas mirando la pantalla. Contenidos cortos que son tan interesantes como entradas de blog. Ese es, quizás, el futuro de las revistas.
Los cómics también se leen muy bien en la pantalla de iPad, pudiendo leer página a página con un zoom rapidísimo, o bien seleccionando el modo cinemático, donde una ruta de zooms y encuadres prefijados en el propio tebeo nos lleva por todo el número. La verdad es que es una experiencia diferente y muy bien implementada.
Los cuentos para niños. Estuvimos trasteando con dos: Alicia en el País de las Maravillas -no exactamente sólo para niños, pero bueno- y uno de Toy Story creado por Disney. Bien, hay que contemplar el de Alicia… como un juguete precioso que agitar y disfrutar visualmente, está muy bien hecho, claro que es eso: un divertimento al margen casi del libro.
iPad Lecturalia
En cuanto al de Toy Story, Disney plantea un libro para niños con unas mínimas animaciones y la posibilidad de que el iPad cuente de viva voz la narración acompañando el texto de pantalla. Queda muy bonito, aunque dejar a los niños trastear demasiado un aparato de 500$ ya es una decisión personal.
En resumen: un gadget cuya aplicación lectora es secundaria y está más orientado a otras facetas del entretenimiento, haciendo siempre hincapié en su ventaja multimedia y gráfica pero con grandes desventajas a la hora de la lectura no intermitente.
Libros relacionados:
Alicia en el país de las maravillas
 

Las lenguas de la Tierra Media

Víctor Miguel Gallardo el 18 de Abril de 2010 en Autores, Literatura

J. R. R. Tolkien, aparte de una gran labor de creación mitológica que sirviera de base para sus obras, también se tomó el tiempo necesario de elaborar, de forma más o menos completa, una serie de lenguas y alfabetos que se correspondieran con las diferentes razas que poblaban los imaginarios mundos de Arda. No es, desde luego, el único autor que lo ha hecho, pero sí uno de los más importantes, si no el que más, cuyas creaciones lingüísticas han trascendido de forma más clamorosa, hasta el punto de que algunos seguidores de sus libros han llegado a dominar uno o varios de esos idiomas y sistemas de escritura.
Aunque no es poco habitual que miembros de una misma etnia hablen idiomas distintos debidos a diferentes evoluciones históricas, las lenguas y sistemas de escritura en la obra de Tolkien suelen identificarse con las diferentes razas imaginadas por Tolkien. No obstante, y debido a los acontecimientos que se detallan en la mastodóntica obra de El Silmarillion, algunas de estas lenguas y sistemas de escritura pasan de unas razas a otras: así, algunos humanos que vivieron en contacto con las grandes familias élficas tomaron el idioma élfico como propio, así como su alfabeto.
Los dos idiomas élficos por excelencia son el quenya y el sindarin. El primero, que después de ciertos hechos narrados en el mencionado libro se convierte en una lengua prácticamente reservada para la vida privada y erudita, está basado en las dos grandes lenguas clásicas, latín y griego, así como en el finés (uno de los idiomas europeos, junto con el euskera y el húngaro, del que no se conocen antecedentes) y, en menor medida, el galés. Es precisamente el galés la base del segundo de los idiomas élficos, el sindarin. Así, se contrapone el clasicismo del quenya a las influencias celtas del sindarin. Hay que precisar que las influencias de estos idiomas son, más que a nivel de construcción, a nivel visual y estético: ambos se pueden considerar idiomas artificiales completos y no variaciones o amalgamas de otros lenguajes.
También existen idiomas de influencia semítica en la obra de Tolkien. El idioma de los enanos es llamado khuzdul (literalmente “lengua”), y tiene puntos en común con el hebreo y el árabe, aunque no derive expresamente de ellos. Los enanos fueron muy celosos de su idioma, considerando ellos mismos que el khuzdul, que era un regalo que les había ofrecido Aulë, su creador, les era racialmente exclusivo. Así, aunque se hace referencia en las obras de Tolkien a que el idioma khuzdul fue dominado por un puñado de elfos (que, de todas maneras, lo consideraban un lenguaje inferior a los suyos propios), no fue muy habitual que la raza enana quisiera difundirlo más allá del ámbito exclusivamente privado.

La contraposición entre razas puras e impuras en la obra de Tolkien afecta de forma directa a las lenguas de dichas razas. Por poner un ejemplo, las lenguas élficas y enanas permanecieron durante el paso de los siglos inalteradas tanto en sus versiones escritas como orales. Las lenguas de los orcos y la de los humanos, en cambio, sufrieron alteraciones cada vez más significativas. Así, de la lengua negra original, aquella que hablaron Morgoth y Sauron en un principio, apenas quedaron vestigios en épocas posteriores. Los orcos de la Tercera Edad, aquella cuyo final relata El Señor de los Anillos, hablaban un dialecto totalmente diferente. La carencia dentro de la raza orca de una cultura escrita generalizada posiblemente dificultó el inmovilismo de su idioma, que fue cambiando hasta hacerse irreconocible de su raíz. El único texto completo que se conserva en esta lengua negra original es la inscripción del Anillo Único, por lo que no es un idioma artificial propiamente dicho (seguramente Tolkien, que lo creó a propósito para que fuera desagradable al oído) no se preocupó en desarrollarlo más que lo básico. Algunos afirman que la lengua negra tendría similitudes con idiomas desaparecidos del Próximo Oriente tales como el hitita o el hurrita.
Los humanos, para finalizar, hablaban en gran parte un lenguaje denominado como “occidental” (traducido como oestron al español), también llamado “idioma común”, en realidad un dialecto proveniente del adunaico hablado en la isla de Númenor antes de su caída. Este idioma no fue desarrollado por Tolkien ya que, al ser el habitual de humanos y hobbits de la Tercera Edad, se sustituyó por el inglés para la elaboración de sus novelas, por lo que lo único que podemos suponer es que era parecido fonéticamente al ya mencionado adunaico (que guardaba más similitudes lingüísticas con el khuzdul enano que con los idiomas élficos).
Autores relacionados:
John Ronald Reuel Tolkien
Libros relacionados:
El señor de los anillos
El Silmarillion
 

La historiadora, de Elizabeth Kostova

Gabriella Campbell el 17 de Abril de 2010 en Histórica, Literatura, Terror
La historiadora
Uno de los principios necesarios de la crítica responsable es huir de la valoración más o menos subjetiva y centrarse en el análisis productivo de una obra. Es posible que esto parta de la suposición de que el crítico se encuentra con una obra con un mínimo de calidad, que ha superado un filtro editorial y que se presenta al gran público superados unos requisitos básicos. Sin embargo, a veces el lector se encuentra con una obra, sea esta novela, ensayo, relato o compendio de aforismos, cuyo análisis se ve impedido, una y otra vez, por diversas circunstancias: un ritmo pobre, desigual; unos personajes planos que evitan de manera continua la identificación con el lector; la introducción de una serie de tópicos repetitivos; la imposibilidad de un pacto narrativo por la escasa credibilidad del argumento y de su desarrollo o (y ésta seguramente será la peor) el simple y llano aburrimiento. Cuando estas circunstancias se dan en un superventas como ha sido La historiadora de Elizabeth Kostova, uno no puede dejar de plantearse si es verdad aquello de que toda lectura es buena.
La trama de Kostova, autora obviamente apasionada por, valga la redundancia, la historia, gira en torno a la figura del príncipe Vlad el Empalador, comúnmente conocido como Drácula. A través de una serie de recursos retorcidos y poco prácticos, una serie de personajes comienza a investigar a esta figura y a sospechar que el temible Tepes siga vivo y rondando por el mundo. La trama de la novela se ayuda del manido sistema de describir la acción a través de cartas y documentos pseudohistóricos, que se entremezcla con una narración más o menos lineal que repite, de manera ardua, aquello que ya nos han dado a entender dichos documentos. La historiadora es, sin duda, una de esas obras que presupone que el lector es falto de entendederas, ya que la repetición se convierte en uno de sus recursos más comunes. Por otro lado, la autora parece gozar de las descripciones topográficas, lo cual se agradecería si no fueran insulsas y superfluas. Su empeño en usar metáforas muertas y su amor por los tópicos llega a su culmen en el párrafo en el que una habitación se nos describe como “desnuda”, para pasar a continuación a enumerar los numerosos muebles y adornos que llenaban la habitación. Kostova cae, una y otra vez, en ese gran sinsentido narrativo que es el de instruir al lector qué debe sentir, en vez de sugerirlo con las acciones y el comportamiento de los personajes. Una y otra vez se nos recuerda que los personajes sienten miedo, pero no sabemos muy bien por qué: constantemente les invaden temores sin fundamento ni razón. Se nos indica que la figura de Drácula y de sus secuaces es temible, pero no entendemos muy bien qué tienen de espantosos. La autora olvida que el hecho de indicarle a su lector “ahora es el momento en el que debes tener miedo” no suele funcionar para insuflar terror en su corazón.
Empalando
Constantemente se nos recuerda que Drácula es malo, muy malo, malísimo, pero más allá de sus crímenes históricos no entendemos muy bien qué es aquello tan terrible a lo que se dedica, ya que el pobre no-muerto se limita a coleccionar libros y a secuestrar (¡oh, el horror!) a eruditos amantes de los libros para que (¡qué tortura!) le ayuden a organizar su espléndida biblioteca. Por supuesto no pueden faltar numerosos deus ex machina aparecidos de la nada y cuya existencia y función se nos explican en apresuradas y escasas líneas, mientras que se dedican extensos párrafos y capítulos a un simple paseo de camino a un monasterio. Las habilidades de intriga de la autora pueden recordar a un mal planteado episodio de la serie CSI, en el que tres cuartas partes de su duración se dedican a plantear el misterio y sus pistas, y en el que se resuelve el asesinato de forma rapidísima e incoherente, con la intención de que el espectador no tenga tiempo de pararse a pensar que dicha resolución, realmente, no tiene sentido.
El éxito de ventas de una novela puede deberse a una excelente campaña de promoción, a una gran calidad literaria o a un uso adecuado de la intriga que impulse al lector a tomar el libro para no soltarlo. Como, a mi juicio, la obra no cumple con ninguno de los tres requisitos, animo a aquellos que han leído La historiadora de Elizabeth Kostova y la han disfrutado a que comenten este artículo, señalando qué aspectos de la obra encuentran interesantes y qué les ha animado a leerla. Si a alguien, como a mí, le ha parecido que los árboles talados para imprimir este libro no merecían una muerte tan poco digna, le animo también a que exprese su parecer.
Autores relacionados:
Elizabeth Kostova
Libros relacionados:
La historiadora
 
 
 
 

20 abr 2010

EL PRIMER "E-BOOK"



El nuevo bibliotecario: The newmaster


Carlos Lombas


"El libro que uno está buscando es el libro que está al lado del libro que uno va a buscar" (Aby Warburg)
A lo largo de los años hemos ido almacenando las imágenes de las bibliotecas que como iconos de  la recolección de libros de todos los tiempos, fuimos visitando por razones de curiosidad, estudio o investigación. Y sobrepasando todo esto, aquellas bibliotecas míticas, que por su arquitectura interior nos han envuelto en romanticismos y aventuras misteriosas. Pero lo importante en todas, son las historias que están manuscritas o impresas en sus libros y a las que tantas horas y vidas se han dedicado.

Y ese mismo fondo bibliográfico, de pronto, a un clic, nos lo encontramos en una biblioteca que no ocupa kilométricos anaqueles de estanterías, que no requiere gran cantidad de signaturas, códigos de barras, encuadernaciones, detectores anti-humedad e incendio y muchos bibliotecarios y personal de limpieza.

Y nosotros desde la biblioteca de la Facultad de Filología, junto con el gigantesco fondo impreso de las bibliotecas (la general, la de modernas, la de clásicas, la de hispánicas, la de hebreo, la de árabe, la de italiano, y alemán) está la inmensa biblioteca que pulula de una manera legal por internet de la mano de Google, y alguna que otra, que debido a la falta de regularización demorada sin razón, parece ilegal, pero con inmensa cantidad de obras clásicas a nuestra disposición.

En este mar de libertades lectoras, abriendo el debate, encontramos el siguiente documento editado por la Biblioteca Nacional, donde desde la misma perspectiva humanista que rigió la personalidad del bibliotecario a lo largo de los siglos, Roberto Casazza analiza el cambio del lenguaje bibliotecario impulsado por la revolución informática. Sin abandonar el espíritu inicial de almacenamiento y distribución del conocimiento entre todos los interesados, aunque a primera vista parezca que vuelve a ser un proyecto al estilo medieval, restringido a unos pocos.

Prolongando este abuso de materiales que analizan el mundo bibliotecario nos encontramos con el punto de vista de Marcus P. Zillman y su nuevo bibliotecario, humano, complejo y ágil en la búsqueda de contenidos: El newsmaster, como timonel y objeto de una amplia discusión del nuevo concepto bibliotecario.

Aún queda otro documento sobre un estudio muy interesante realizado por la universidad de la Habana, que  analiza nuestro rol como promotores de la lectura entre los nuevos estudiantes con menos interés por la lectura.
De la mano de las siguientes direcciones web completaremos una biblioteca infinita:
Tras toda esta luminosa biblioteca en línea, me vuelvo para mirar si tras de mí aún se encuentran mis libros en papel. Una comprobación de seguridad, pensando en la posibilidad de que algún día se pueda acabar la luz artificial y sólo se pueda leer de día.

19 abr 2010

Bibliómanos


Jacques Bonnet decidió que el fin de su vida era leer cuantos libros pudiera

Cuenta la leyenda que, en la Francia revolucionaria, un reo de muerte iba leyendo un libro en la carreta que lo conducía al patíbulo. Y que estaba tan abstraído en la lectura de aquel libro que al dejarlo, requerido ya por el verdugo, colocó un punto en la última página que había leído, como si fuera a retomarlo en breve.


La lectura puede ser una experiencia muy absorbente. Borges sostenía que la intensidad que de ella se deriva sólo resulta comparable a la que obtenemos en el viaje o en el amor. Y afirmaba que el acontecimiento mayor de su vida fue la biblioteca paterna. No es de extrañar, pues, que el argentino asociara el paraíso a la biblioteca, donde uno aprende a evadirse de la realidad y a reflexionar sobre ella.

El escritor y traductor francés Jacques Bonnet pertenece como Borges a la cofradía bibliómana, la de los que gustan acumular libros. Medio siglo atrás, decidió que el fin de su vida era leer cuantos libros pudiera. Eso le ha llevado a formar una biblioteca particular con decenas de miles de tomos. A la vuelta de los años y las lecturas, su afición le ha permitido escribir el librito Bibliotecas llenas de fantasmas (Anagrama). En él hilvana sensaciones y consejos relacionados con la gestión y el disfrute de una gran biblioteca: desde el temor a que las estanterías colmadas se caigan y nos descalabren hasta los mejores criterios clasificatorios, pasando por su preferencia por regalar los libros, antes que prestarlos.

Bonnet es el paradigma de una subespecie en vías de extinción. El retroceso de la palabra frente a la imagen, los pisos pequeños y la vana suposición de que todo está disponible en internet se han aliado en contra de las bibliotecas de cierta consideración. A estos factores se suma otro que preocupa cada día más a autores y editores de literatura infantil y juvenil. Aunque quizá debería preocupar a más gente. Nos referimos a que el comprensible esfuerzo de tantas escuelas o asociaciones de padres para reducir la factura escolar reutilizando y socializando los libros de texto y, con ellos, los tres o cuatro títulos de lectura que se prescribían cada curso a los alumnos está teniendo un efecto perverso: el aborto de las bibliotecas particulares que iniciaban los escolares con sus primeros títulos de Dahl, de Sempé, de Stevenson, de Salgari o de las aventuras de Harry Potter. Manda, de nuevo, la economía sobre la cultura.

Jacques Bonnet, que usa y anota a diario sus libros, puesto que los considera una herramienta y no un icono, describe una última enseñanza al citar el caso del académico y bibliómano Valincour, que sufrió uno de los peores percances que le cabía imaginar: el incendio de su biblioteca. ¿Cuál fue su reacción? La de alguien que ha leído a los sabios. "Poco habría aprovechado mis libros, si no supiera perderlos", dijo. Comparen esta reacción estoica con la angustia que nos asalta cuando extraviamos el teléfono móvil. Y saquen sus conclusiones.

18 abr 2010

De "lengua muerta" el latín no tiene nada


Veamos, por ejemplo, expresiones usadas en Derecho. ¿Quién puede decir que nunca oyó hablar de hábeas corpus?
¿O de que una Cámara legislativa no se reunió por falta de quorum?

El latín está en nuestra vida cotidiana cuando enviamos un curriculum vitae, cuando pensamos en una posgraduación lato sensu o cuando ponemos una posdata a una carta.

Esta lengua calificada como "muerta" está presente en las tecnologías modernas, como en la fecundación in vitro o en el fax (abreviatura de fac simile, que significa "haga de manera semejante").

Muchas palabras que nos llegan del inglés vienen en realidad del latín, como el horrendo anglicismo deletear, del verbo to delete, que a su vez proviene del latín deleo, que significa destruir, como en Delenda est Cartago.

El latín está tan entrañado en nuestra lengua que hasta se confunde con ella: ídem es latín, así como grosso modo, per cápita o etcétera y hasta la expresión alias, cuando decimos "Joselo, alias José Luis".
Está entrañado en el español en palabras y expresiones como a priori, alter ego, Homo sapiens, lapsus, modus vivendi, statu quo, sui generis, Aedes aegypti.

Por tanto, la cuestión no es aprender o no el latín. Él ya convive con nosotros pues es el alma de nuestra lengua. Con el latín, vemos que las irregularidades y las temibles excepciones de las gramáticas no son ni irregularidades ni excepciones. Todo adquiere una lógica más diáfana y previsible. Si sabemos bastante latín habremos ampliado nuestro horizonte lingüístico y esto nos destacará de los demás. Y así queda contestada la pregunta de aquel que quería mejorar su posición social.


(…)




Después de estos ejemplos, creemos que debe resultar más claro el hecho de que la importancia de la lengua latina es hoy tan grande como en otros tiempos. El latín sigue siendo el alma de nuestro idioma y la clave más importante para su comprensión.

En los años 50, el profesor brasileño de Filología Románica Maurer Jr., muy respetado en su área, había defendido la tesis de que el latín había servido, durante toda la Edad Media, como elemento principal de uniformidad entre las lenguas del Imperio Romano de Occidente.

Conocer su estructura y su funcionamiento, la productividad de sus raíces, de sus prefijos y sufijos, nos permite deslindar mejor el verdadero significado de las palabras en castellano, su étimo, como decían los griegos. Además, se hace mucho más fácil aprender otras lenguas neolatinas. El inglés, a pesar de no ser una lengua latina, participó de la misma fuerza unificadora. Incluso lenguas distantes, como el alemán y el ruso no son indiferentes al latín.


Lo que se heredó del Imperio Romano a lo largo de estos 27 siglos de uso del latín escrito no fue poco. Resumiendo, a la pregunta fatídica de ¿para qué sirve el latín hoy? yo contestaría con otra pregunta: ¿cómo no estudiar latín?

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Mario Eduardo Viaro, en elcastellano.org: La imporancia del latín en la educación. El artículo completo incluye una sección sobre etimología y otra sobre verbos y derivación.
 

16 abr 2010

La Biblioteca Escolar, piedra angular de la Formación de Usuarios



Por Guillermo C. Elías(1)
El fenómeno de la conectividad, de la sociedad de la información, de las TIC, ha abierto una brecha entre quienes acceden y quienes sueñan en acceder a las redes de información.
En el mes de Junio de 2008 realizamos una encuesta entre el personal de una empresa educativa de la Ciudad de Buenos Aires con el objeto de determinar la amplitud del uso de Internet aplicada a tareas relacionadas con su trabajo. Pudimos constatar que todos los estamentos institucionales usaban la red. Desde la dirección, hasta la sección de mantenimiento, que la emplea con el fin de comparar precios y contratar otros servicios, la recepcionista y operadora del conmutador telefónico, para consulta de direcciones, mapas, números y códigos postales. La única unidad de trabajo que no usaba Internet, era el personal de maestranza, tal vez por pertenecer a una empresa que contrata su servicio a la primera.
El nivel de competencias informacionales y el manejo de herramientas que exigen las modernas instituciones es cada vez mayor y en ellas radicará el acceso al trabajo.
Es claro que el parámetro de analfabetismo ha variado y que deben tenerse en cuenta no sólo las competencias de la lecto-escritura, sino también el acceso y dominio de computación e Internet (Alfabetización Digital) y el manejo de al menos dos idiomas distinto del materno.
La escuela es la encargada de emparejar esta diferencia y a su vez la biblioteca se convierte en uno de sus principales órganos ejecutores.
En la actualidad no debieran existir bibliotecas escolares grandes ni pequeñas, si es que todas tuvieran acceso a Internet, esta circunstancia las iguala, las pone en contacto con el mundo de la información y de la recreación.
La Biblioteca moderna nos permite escapar a la realidad, donde todo es mezquino y esquivo y nos sumerge en la utopía, donde la información y la literatura se brinda y se da a manos llenas.
Para lograr sus objetivos deberá contar con personal capacitado no sólo en lo atinente al quehacer bibliotecológico, sino que éste deberá dominar las capacidades pedagógicas, para planificar sus actividades acorde a las edades de sus lectores, lograr el dominio de los grupos y poseer la habilidad de capacitarlos en lo que llamamos Alfabetización Informacional.
Los Manuales de Bibliotecología hacen hincapié en la formación de Usuarios en las Universidades. Tal vez porque llegan a este nivel de estudios, alumnos que desconocen las habilidades mínimas para realizar una búsqueda o para desempeñarse como un lector autónomo.
El problema debe atacarse desde otro punto de vista, es en la escuela, más precisamente en la Biblioteca Escolar, donde deben enseñarse estas competencias y es tarea del bibliotecario implementarlas.
Además, debemos tener presente que es la única actividad escolar cuya transversalidad es universal a todas las materias curriculares y extracurriculares.
Esto convierte al Maestro-Bibliotecario y a la Biblioteca Escolar en la piedra angular, la puerta de acceso del sistema Bibliotecológico.
Es quien debe transformar el espacio de la biblioteca en un ambiente acogedor que invite a quedarse y quien planifique actividades interesantes que logren cautivar a los usuarios. Es verdaderamente reconfortante oír a los alumnos expresar sus deseos de volver a la biblioteca, al “Gabinete Mágico de Emerson, donde habitan los espíritus hechizados. La experiencia debe resultar similar a la que experimentan los niños cuando entran en una juguetería.
Para crear un clima de trabajo, en el que se equilibren la calma y la atención expectante, se sugiere utilizar una música suave. Los estudios de musicoterapia indican el empleo de la música barroca como la más acertada, su ritmo, similar al cardíaco, induce al estado anímico anhelado.
La hora del cuento, denostada por algunos, es sin duda “cuando no se improvisa”, una especie de caricia que nuestros usuarios agradecen y esperan. Una correcta selección del texto y una adecuada “interpretación” de la lectura, logran capturar a la audiencia. Escuchar un cuento es un ejercicio que ayuda a educar la atención, invita a distendernos, a relajarnos, a imaginar. Reduce la agresividad, la tensión y el estrés que producen las exigencias y la tarea rutinaria.
Al terminar el cuento es interesante poder re narrar oralmente la historia entre todos. De esta manera el bibliotecario pude constatar el nivel de atención logrado.
Debemos desestimar para este tipo de actividades de recreación literaria, el empleo del texto para tareas gramaticales o de análisis. Esto convierte al placer de la lectura en un verdadero “tacle literario”.
La Biblioteca Escolar es una “Biblioteca Especializada” si consideramos el tipo de material bibliográfico de su fondo: literatura infantil, manuales y libros pedagógicos; el personal especializado “Maestro Bibliotecario” y al tipo de usuarios, que precisa una adecuada atención según su edad.
Las actividades de Formación de Usuarios podrán planificarse, de acuerdo a un programa que consiste en adjudicar la enseñanza de ciertas habilidades, para cada grado de la escuela. Teniendo en cuenta el objetivo final de este proceso, que consistirá en obtener como producto, lectores con habilidades, herramientas y competencias que le permitan manejarse en forma autónoma dentro de una biblioteca.
Las actividades que proponemos fueron puestas en práctica en la Biblioteca del Colegio Champagnat desde el año 2001, con resultados satisfactorios.
Preescolar: Qué es una biblioteca
1º Grado: Pautas de comportamiento y cuidado del material bibliográfico. Distintos soportes que se guardan en una biblioteca, su cuidado y manipulación. .
2º Grado: El libro: sus partes. Uso del manual o libro de clase. Visita a la sala de lectura de una biblioteca pública (BNM)
3º Grado: Uso del diccionario: el ordenamiento alfabético. Tipos de diccionarios: idiomas, RAE, sinónimos, antónimos, lunfardo, música, folclore, botánica. Consulta del Diccionario de RAE on line. La ficha bibliográfica.
4º Grado: Uso de diccionarios: abreviaturas, acepciones. Uso de enciclopedias en papel: Ordenamiento temático y alfabético. Lectura de fotografías antiguas. Lectura de mapas antiguos y modernos. Mapas y fotografías satelitales en Internet. Historia del libro.
5º grado: Uso de enciclopedias en papel y en otros soportes: CD Rom y on line. Lectura de documentos históricos. Tecnología: recuperación (restauración) de material bibliográfico. Búsqueda de información general en Internet.
6º Grado: Búsquedas bibliográficas en ficheros y bases de datos on line. Ubicación espacial de los números topográficos en la estantería. Lectura del Diario. Lectura de documentos sonoros. Lectura de películas históricas. El Diccionario de Lunfardo: Visita a la Academia Porteña de Lunfardo. Técnicas de estudio.
7º Grado: Técnicas de estudio. Actividades que pongan en práctica las habilidades aprendidas en el uso de todos los recursos de la biblioteca. Organización de una estrategia de búsqueda. Visita a una Biblioteca Pública (en lo posible especializada).
Este programa de Formación de Usuarios se sustenta en el anhelo de docentes y bibliotecarios de formar lectores críticos y autónomos. Las herramientas enseñadas son las necesarias para evitar la pérdida inútil de tiempo. Debemos lograr que sopesen y valoren su tiempo, empleándolo no tan solo para su propio bienestar, sino también para contribuir y reanimar los logros alcanzados por la Humanidad.
Nuestro Premio Nobel de Medicina Dr. Bernardo Alberto Houssay sentenció: “La mayor diferencia entre los hombres, depende de cómo aprovechan su tiempo”.

(1)Guillermo C. Elías: Profesor en Enseñanza Primaria, Bibliotecario Nacional y Locutor Nacional de Radio y TV. Actualmente se desempeña como Maestro Bibliotecario de la Escuela 24 DE 1º “Cornelia Pizarro” y es profesor de la Cátedra de “Psicología Estética y Formación del Lector” en la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional.

FUENTE: 

"Daniel Diaz" diazbibnal@yahoo.com.ar   diazbibnal

12 abr 2010

Los padres podemos inculcar el amor a la lectura desde la cuna


Un lector no nace, se hace. Por eso, el amor a la lectura se debe inculcar desde la cuna y tratar, con perseverancia y dedicación, que se convierta en una sana pasión, pues de ello va a depender, en buena medida, tener niños con éxito en los estudios y, más tarde, adultos con herramientas bien preparadas para usarlas en la vida. Además, ¿hay algo más bello que la escena de un padre o madre leyendo un libro al niño que tiene en su regazo?
Ahora que empieza el verano muchos padres se preguntan que van a hacer con sus hijos todo este tiempo. Quizá esta es la perfecta oportunidad de empezar o continuar nuestros esfuerzos de inculcar el amor a la lectura a nuestros hijos. Por ello hemos preparado una pequeña lista de 10 de los aspectos principales acerca de la lectura en nuestros hijos.
1. Propósito. A través de la lectura los padres transmiten a sus hijos la educación, que es la mejor herencia que pueden y deben darles. No importa la edad de los hijos. Desde que nacen, y aun antes, los padres les van transmitiendo sus experiencias y enseñándoles a valerse por si mismos, hasta que son mayores. ¡Que mejor sistema que el ejemplo y la lectura¡ Así al educar a los hijos, están educando a la siguiente generación que serán los nietos.
2. Tiempo. Darles cada día un poco del tiempo de los padres, leyéndoles para ir incrementando su educación y formación. El niño aprende de lo que los padres hacen, más de lo que los padres dicen, por lo que es necesario que prediquen con el ejemplo y que los hijos vean leer a sus padres como una cosa natural y no esporádica.
3. Horario. Es conveniente fijar una hora del día para hacerlo, después de comer o a la hora de dormir, tratando de evitar las distracciones.
4. Voz. Son muy importantes las inflexiones, variaciones de tonos y las expresiones, intentando involucrar a los niños en la lectura, pidiéndoles que señalen los objetos, que hablen acerca de las ilustraciones o que repitan palabras.
5. Repetición. Los niños no se cansan de oír sus libros favoritos, y es conveniente repetirlos hasta que les quede bien claro su contenido y las explicaciones sobre el argumento, consejos y palabras más usadas. Animarle a que lea lo mismo reiteradamente o invitarle a que ‘lea’ el cuento ya memorizado.
6. Palabras. Cada libro que se lea, deberá estar adecuado a la edad y características de cada niño. Tratando de explicar las palabras difíciles de entender o sustituyéndolas por otras para que no haya confusión. Para los niños que ya han descubierto la magia de que las letras forman palabras, las palabras frases y las frases historias, el método varía, pero la presencia paterna sigue siendo inestimable.
7. Elementos. Para irle acostumbrando al niño a la lectura, mostrarle cuales son las principales partes de los libros y cómo se leen las palabras, indicándole quién lo escribió, haciéndole preguntas sobre el tema y permitiéndole que él también plantee sus cuestiones.
8. Libros. Los padres deben animar a sus hijos a leer proponiendo libros que versen sobre temas diversos que les resulten atractivos, pidiéndoles que lean ellos lean en voz alta todos los días, o bien turnarse en la lectura de un relato. Los libros están clasificados por edades y por conceptos que cubren la gran mayoría de los temas. Además hay diferentes formatos, encuadernaciones, tipos de letras, con muchos o pocos dibujos, especialmente editados para cada edad de los niños y sus circunstancias. Hay libros que los editan poniendo los nombres familiares de los posibles lectores en sustitución de los nombres originales del libro, lo que las historias resultan más comprensibles para los niños al ver reflejado en el libro los nombres de los abuelos, padres, hermanos, tíos, amigos, etc..
9. Biblioteca familiar. Es indispensable ir formando una biblioteca particular que esté en la habitación más importante de la casa. Allí habrá libros para los más pequeños y libros para los mayores, como: Diccionarios, de Historia, de Cocina, etc., rodeándoles de libros, para que siempre puedan tenerlos a mano para que los escojan ellos mismos. Así desde niños les crearemos el hábito de ir a buscar un libro, el que ellos quieran para que se lo leamos. De mayores sabrán los hijos que allí están al alcance también de los padres todos los libros que se puedan leer. Los padres se evitaran muchos disgustos al poder controlar lo que leen los hijos, además que encontraran muchos beneficios.
10. Biblioteca Pública. Es muy recomendable que los padres con sus hijos, desde muy pequeños comiencen a visitar las bibliotecas públicas y lo hagan frecuentemente para ir creando un hábito de lectura en los niños que les durará toda la vida. Sacarles su identificación de lector, donde además de que se van reflejando los libros leídos, da a los niños una sensación de pertenencia a la Biblioteca y la posibilidad de leer libros en la casa que de otra manera tendrían que comprárselos sus padres. Las bibliotecas tienen muchos servicios para sus todos sus clientes, incluyendo los “cuenta cuentos”, programas de lecturas y actividades extraescolares para los niños.
Observaciones para los niños de 0 a 3 años: Para que la lectura con los niños sea más eficaz y divertida, debe ser una rutina diaria, de por lo menos 15 minutos y antes de ir a la cama, intentando convertir cada lectura en una pequeña fiesta. Usar el rostro, el cuerpo y la voz para hacer divertida la lectura, que a poder ser debe ser interactiva, sabiendo cuándo detenerse si el niño pierde interés o tiene dificultad para prestar atención. Hablar sobre las ilustraciones y recorrer con el dedo debajo de las palabras al tiempo que se lee. En esta etapa es interesante que los padres ayuden a sus hijos a conectar lo que leen en los libros con lo que ocurre en la vida, donde está la verdadera historia.
Está demostrado práctica y profesionalmente que leer a los niños desde antes de su nacimiento y continuar haciéndolo después hasta que llegan a la mayoría de edad, les da un perspectiva muy positiva de la vida. Su cultura general se amplia enormemente, además de que el hábito de lectura que han ido practicando, les sirve para mejorar sus rendimientos escolares y profesionales.
Un sillón donde leer a los niños, una biblioteca familiar y una biblioteca pública son las tres herramientas que le permitirán abrir las llaves del éxito y la felicidad de todos los niños y adultos. A partir de entonces sólo necesitará un libro y sus hijos.

FUENTE

11 abr 2010

RUTA DE PIEDRA DEL IMPERIO ROMANO


La manía de los romanos por los caminos comenzó en el año 312 a.C. con la construcción de la Vía Apia entre Roma y la población de Capua, situada unos 210 km. al sur.

Al extenderse el Imperio por toda Europa, el norte de África y el Cercano Oriente, también lo hizo el sistema caminero. Hacia el año 200 de nuestra a se habían construido casi 85000 Km. de carreteras.

Los constructores eran profesionales capaces:
-el architectus (ingeniero civil).
-el agrimensor (tipógrafo).
-el librator (nivelador).
-los soldados se encargaban del trabajo manual.
Los emperadores pensaban que la construcción de caminos mantendría a las legiones ocupadas entre una y otra campaña pero los soldados no siempre realizaban este trabajo de buena gana hubo varios motines.
Cimientos de un imperio:
Los cimientos variaban según el suelo y las características del terreno, así como la intensidad trafico calculado. Para una vía importante la técnica usual consistía en excavar hasta topar con roca firme y luego rellenar la zanja con cascajo, apisonado con arena o grava. Después se ponía piedras mas pequeñas, más grava y una última capa ele grandes piedras poligonales. Lejos de las grandes ciudades, los caminos sólo se empedraban al aproximarse a un pueblo o en las encrucijadas; por lo demás, la superficie era de grava, troncos o simple terracería. También variaban en anchura, de 1.5 a 7.5 m. Aunque los romanos se distinguieron por lo noto de sus caminos (hay varios tramos de hasta 40 km. en línea recta), solían adaptarlos al contorno de una colina o dcsviarlos para cruzar un río en el lugar más adecuado.

Llevaban la cuenta:
Con herramientas sencillas, entre éstas zapapicos, manilos y palas, los romanos lograron singulares proezas de ingeniería. Cortaron macizas peñas, drenaron pantanos y excavaron túneles. En la localidad de Terracina, al sur de Roma, se quitó una peña de 38 m (120 pies romanos) de altura de un promontorio, para que la Vía Apia continuara su trayecto recto a lo largo de la costa. Los obreros grababan cifras en la pared del risco cada 10 pies romanos, para registrar su avance desde la cima hacia abajo. El camino pasa frente a la marca del nivel CXX (120).

El fin del camino:
Los caminos romanos se construyeron para perdurar, y duraron más que el propio Imperio. Pero no resistieron a una sencilla innovación: la collera de caballo.

Este invento de la Edad Media hizo que los caballos pudieran tirar de cargamentos mucho más pesados que antes e impuso a los caminos cargas para las que no estaban diseñados. El pesado tráfico con ruedas despedazó poco a poco la superficie de las vías romanas.

Pese a todo, muchas autopistas de la Europa actual siguen todavía las viejas rutas romanas. Por ejemplo, en la moderna carretera entre Roma y Rímini, en el centro de Italia, se usa un túnel excavado en el año 77, hace más de 19 siglos.

3 abr 2010

EEUU: Con frecuencia, bibliotecas son refugio de indigentes




SAN FRANCISCO — Todos los días, cuando abre la biblioteca, John Banks está allí, esperando entrar. Encuentra un lugar y se queda hasta que cierra. Entonces se va en su silla de ruedas a la terminal de autobuses donde pasa la noche.

Como tantos otros indigentes que frecuentan la biblioteca, lo único que quiere Banks es un lugar donde sentarse en paz. No quiere hablar con nadie ni que le hablen. Si necesita ayuda, sabe lo que hay que hacer: llamar al trabajador social de la biblioteca.

La oficina principal de la Biblioteca Pública de San Francisco, donde cientos de indigentes pasan el día, es la primera del país que tiene un trabajador social a mano, según la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (American Library Association, ALA).

Las bibliotecas de todo el país tienen distintas políticas en torno a las personas que usan sus baños para bañarse o consumir drogas. En Filadelfia y San Francisco, las bibliotecas contrataron a algunos de los indigentes para que atiendan los baños o lleven a las personas a iglesias o refugios donde pueden bañarse.

En Portland, Oregón, se adoptaron castigos para quienes cometen infracciones: se les prohibe el ingreso por un día por afeitarse, por tres por pelear.

No sería de extrañar que otras bibliotecas contraten trabajadores sociales, como hizo la de San Francisco. A medida que se suspenden programas sociales debido a la recesión, las librerías públicas se están convirtiendo en verdaderos refugios para las personas desamparadas que han sido rechazadas en todos lados.

Camila Alire, presidenta de la oficina de ALA en Chicago, dijo que si bien las bibliotecas siempre han sido un sitio donde los indigentes pueden pasar un rato, da la impresión de que ha aumentado significativamente la cantidad de gente con trastornos mentales o necesidades básicas como comida y techo.

"Las bibliotecas públicas están haciendo lo que pueden para servir a los usuarios habituales y a quienes no lo son", dijo Alira. "Espero que lo que ha hecho la Biblioteca Pública de San Francisco, que incorporó a un trabajador social, sirva de modelo, porque son gente que sabe cómo lidiar con personas que están en su derecho de usar la red de bibliotecas públicas".

Muchas bibliotecas de todo el país han contratado terapeutas para que le enseñen al personal cómo lidiar con visitantes problemáticos. Edmond Otis, un psicoterapeuta que le muestra a los bibliotecarios cómo manejarse con personas que pueden tener trastornos mentales o haber consumido drogas, dice que es vital mantener la calma, tratarlos con respeto, fijar reglas y hacerlas respetar.

Algunos bibliotecarios están acostumbrándose a lidiar con indigentes.

La biblioteca de San Francisco, un edificio de seis pisos con paredes de vidrio, atrae muchos desamparados. Se encuentra cerca de un barrio donde abundan los hoteles baratos, los comedores comunitarios y otros servicios para los pobres. Por las mañanas, cuando abre, aparece mucha gente que con aspecto de indigente, que carga las pocas pertenencias que tiene.

Frank Bunnel, quien tiene 53 años, viene todos los días con un bolso y una manta. "A veces me duermo aquí", comentó.

Por años, según Karen Strauss, subdirectora de bibliotecarios de la oficina central en San Francisco, el personal no podía hacer mucho cuando se aparecía una persona mal vestida, a veces maloliente, que sacaba un libro, se sentaba en una mesa y no se movía de allí.

Si se presentaba alguien con trastornos mentales o problemas de drogas, se llamaba al único custodio en el lugar, un sargento de la policía.

El año pasado, la biblioteca decidió contratar a Leah Esguerra, una trabajadora social del Departamento de Salud Pública. Su tarea es tratar de ayudar a quienes necesitan ayuda, sin molestar a los demás.

Calcula que en los últimos seis meses asistió a unas 200 personas, y no necesariamente desamparados. "Hay gente que está deprimida porque no encuentra trabajo. O a la que se le murió un ser querido", expresó.

"Intervengo si me llaman o si mi presencia es necesaria", agregó.

John Banks tiene 40 años y no se acuerda de cuánto tiempo lleva en la calle, o cómo fue que lo perdió todo. No lee bien, pero hojea revistas y libros, a sabiendas de que lo dejarán tranquilo.

Dice que pronto podría necesitar ayuda de Esguerra.

"Tengo toda esta ropa sucia", comenta, señalando hacia una bolsa plástica llena de ropa. "Tal vez me pueda ayudar con eso".
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1 abr 2010

La digitalización de manuscritos de la Biblioteca Vaticana tardará diez años




Página de las Cartas de Marsilio Ficino (1475-76), manuscrito iluminado (Biblioteca Vaticana)

Ciudad del Vaticano. La Biblioteca Apostólica Vaticana comenzó la digitalización de sus 80.000 manuscritos, un trabajo que durará diez años debido a su complejidad y el delicado estado que poseen algunos de esos libros, informó el prefecto de este organismo, el obispo Cesare Pasini.

Pasini, en declaraciones a Radio Vaticano, agregó que es la primera vez que todos los manuscritos serán fotografiados y conservados, y esas fotografías serán usadas de "mil maneras" por los estudiosos o los que prestan sus servicios en la biblioteca. Las páginas que se digitalizarán serán 40 millones, todas en alta definición. La ventaja de la idea es que permitirá siempre el acceso de los estudiosos a los manuscritos, se podrá acceder a ellos vía internet y se podrán ver las fotografías e indagar sobre las mismas.

La Biblioteca Apostólica Vaticana, fundada oficialmente por el Papa Sixto IV en 1475, alberga, entre otros, 1,6 millones de textos, 80.000 manuscritos y 8.300 incunables. Entre sus joyas destacan el antiguo Codex Vaticanus, el más completo códice de la Biblia griega (o de los Setenta, o Septuaginta) o la "Topografia cristiana", diseñada en el 518 por quien es considerado el primer geógrafo cristiano, Cosma Indicopleuste, que describía la tierra perfectamente plana y unida al cielo por sus bordes.

Actualmente parte de la biblioteca está cerrada, ya que están siendo restaurados algunas dependencias como laboratorios y depósitos, así como el gabinete numismático.