11 abr 2010

RUTA DE PIEDRA DEL IMPERIO ROMANO


La manía de los romanos por los caminos comenzó en el año 312 a.C. con la construcción de la Vía Apia entre Roma y la población de Capua, situada unos 210 km. al sur.

Al extenderse el Imperio por toda Europa, el norte de África y el Cercano Oriente, también lo hizo el sistema caminero. Hacia el año 200 de nuestra a se habían construido casi 85000 Km. de carreteras.

Los constructores eran profesionales capaces:
-el architectus (ingeniero civil).
-el agrimensor (tipógrafo).
-el librator (nivelador).
-los soldados se encargaban del trabajo manual.
Los emperadores pensaban que la construcción de caminos mantendría a las legiones ocupadas entre una y otra campaña pero los soldados no siempre realizaban este trabajo de buena gana hubo varios motines.
Cimientos de un imperio:
Los cimientos variaban según el suelo y las características del terreno, así como la intensidad trafico calculado. Para una vía importante la técnica usual consistía en excavar hasta topar con roca firme y luego rellenar la zanja con cascajo, apisonado con arena o grava. Después se ponía piedras mas pequeñas, más grava y una última capa ele grandes piedras poligonales. Lejos de las grandes ciudades, los caminos sólo se empedraban al aproximarse a un pueblo o en las encrucijadas; por lo demás, la superficie era de grava, troncos o simple terracería. También variaban en anchura, de 1.5 a 7.5 m. Aunque los romanos se distinguieron por lo noto de sus caminos (hay varios tramos de hasta 40 km. en línea recta), solían adaptarlos al contorno de una colina o dcsviarlos para cruzar un río en el lugar más adecuado.

Llevaban la cuenta:
Con herramientas sencillas, entre éstas zapapicos, manilos y palas, los romanos lograron singulares proezas de ingeniería. Cortaron macizas peñas, drenaron pantanos y excavaron túneles. En la localidad de Terracina, al sur de Roma, se quitó una peña de 38 m (120 pies romanos) de altura de un promontorio, para que la Vía Apia continuara su trayecto recto a lo largo de la costa. Los obreros grababan cifras en la pared del risco cada 10 pies romanos, para registrar su avance desde la cima hacia abajo. El camino pasa frente a la marca del nivel CXX (120).

El fin del camino:
Los caminos romanos se construyeron para perdurar, y duraron más que el propio Imperio. Pero no resistieron a una sencilla innovación: la collera de caballo.

Este invento de la Edad Media hizo que los caballos pudieran tirar de cargamentos mucho más pesados que antes e impuso a los caminos cargas para las que no estaban diseñados. El pesado tráfico con ruedas despedazó poco a poco la superficie de las vías romanas.

Pese a todo, muchas autopistas de la Europa actual siguen todavía las viejas rutas romanas. Por ejemplo, en la moderna carretera entre Roma y Rímini, en el centro de Italia, se usa un túnel excavado en el año 77, hace más de 19 siglos.

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