Era un conjunto de 400 bibliocamellos que transportaban 117 mil volúmenes pertenecientes al visir persa Abdul Kassem.
Los camellos andaban ordenados de forma que los libros estuvieran dispuestos siempre en orden alfabético.
Desde esta biblioteca hasta hoy ha habido múltiples transformaciones, pero siempre han existido formas de transportar los libros allí donde iban a ser usados.
Curioso que la modernidad pueda acabar con esta limitación física y dote al libro de la ubicuidad universal (si es que llegan a estar en todos lados y no sólo en todos los lados donde estén los ricos).
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1 comentario:
HOLA guapa, si parece que hubo un probelmas con el gadget de seguidores... por aca ando siguiendote de nuevo... se aproximan las flores del Amor en los tiempos del cólera.
Abrazos
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