15 mar 2011

YOGA EN LA EDUCACIÓN

  “En nuestra civilización actual hemos dividido la vida en tantos departamentos que la educación tiene muy poco significado, excepto cuando aprendemos una profesión o una técnica determinada.  En vez de despertar la inteligencia integral del individuo, la educación lo estimula para que se ajuste a un molde; y por lo tanto le impide la comprensión de si mismo como un proceso total”.  (J. Krishnamurti, La educación y el significado de la vida).

            El Yoga tiene como principal objetivo el desarrollo del Ser Humano en su aspecto físico, mental, emocional y espiritual.  Sus prácticas pueden realizarse con fines educativos en el jardín de infantes y en la escuela primaria.
            Una clase de yoga dentro del contexto institucional, en cualquiera de estos niveles educativos, afecta positivamente al alumno, al docente, a la relación entre ambos y al proceso de enseñanza-aprendizaje.

            Estamos viviendo un período de crisis global, que se puede observar en nuestra sociedad a través de:

·         el nivel de violencia, agresividad y falta de paz,
·         el declive de la escala de valores,
·         la falta de conocimiento del propio ser, de los deseos y aspiraciones,
·         la ausencia de metas positivas,
·         las crecientes conductas autodestructivas,
·         los  estados de enfermedad,
·         la escasa atención al bien común.

           La escuela infantil y primaria, se enfrenta día a día a esta problemática social y cada individuo de la comunidad escolar la porta en su interior y la expresa en su conducta.
           Toda crisis es una oportunidad para modificar la realidad.  La escuela es el principal núcleo donde se gestan y nacen los cambios.  Por eso, el objetivo medular del “Yoga en la educación” es brindarle todas las herramientas que necesite para superar la crisis, transformándola en una realidad favorable y próspera.
El taller de Yoga tiene efectos positivos en toda la comunidad educativa.  Da lugar a un espacio de calma y buenas relaciones, fundamental para una educación exitosa.
            Los alumnos mejoran su estado físico, mental y emocional.  Así pueden incorporar los nuevos contenidos naturalmente; comprendiendo, analizando, reflexionando,  aprendiendo de un modo integral.
            El docente puede vivenciar los efectos manteniendo en el aula un ambiente de respeto y tranquilidad.  Esta experiencia favorece su relación con los alumnos y le permite dedicar más tiempo a la enseñanza de los contenidos que a la puesta de límites, sin desgastar su salud física, mental y emocional.
            Los beneficios alcanzan a la familia, siendo el niño el portador de este cambio.
           Partiendo del trabajo interior, cada individuo se conoce, se modifica y evoluciona; al ponerse en contacto con otros ejerce su influencia positiva y transformadora.  De este modo, la evolución individual se convierte en evolución social.

El Yoga y el alumno

La clase de Yoga le otorga al alumno un espacio de calma y silencio que le permite auto-conocerse, conectándose con su cuerpo, sus emociones, sentimientos y pensamientos.

La tensión física y mental es liberada.  Su cuerpo se vuelve más flexible y se eliminan los dolores propios de la tensión.  Esto mejora la disposición al realizar las tareas y evita la dispersión de la atención.

Durante la clase de Yoga el alumno conoce su cuerpo percibiéndolo desde la experimentación.  Esto gesta una profunda conciencia de la salud, se desarrolla naturalmente el respeto por el cuerpo y la  responsabilidad de mantenerlo sano, lo cual disminuye la predisposición a las conductas autodestructivas.

Las posturas de Yoga educan el cuerpo, forjando una postura erguida, firme y sólida, que se traduce en una actitud corporal de seguridad y confianza.   Asimismo se corrigen los vicios posturales, evitando afecciones como la escoliosis, la cifosis y la lordosis, tan comunes en la escuela primaria. 

La respiración es el motor de la vida, es la que permite incorporar y distribuir la energía vital y liberar todas las toxinas y elementos de desecho.  Para tener una buena calidad de vida, es necesario aprender a respirar correctamente.
En la clase de Yoga, el alumno aprende a respirar por la nariz, utilizando todo su caudal pulmonar.  Así puede oxigenar el cerebro y refrescar su mente, siendo esto muy importante a la hora de estudiar.
Inhalando correctamente aumenta su vitalidad ya que incorpora una gran cantidad de energía y oxígeno.  El oxígeno llega a cada célula del organismo, manteniendo su pleno funcionamiento. 
Exhalando correctamente libera su cuerpo de toxinas, aumentando así su capacidad de  defensa.

La respiración y la mente están estrechamente vinculadas; cuando la respiración es lenta, la mente esta tranquila.  Aprendiendo a controlar la respiración, el alumno aprende a controlar su mente y controlando su mente puede intervenir en el modo de exteriorizar sus emociones.  Tener autocontrol funda en él una fuerte autoestima.

Todas las técnicas de la clase benefician directamente el poder de concentración, siendo esto necesario para que el aprendizaje resulte fluido, natural y no signifique una carga para el alumno.

Cuando hay tensión acumulada en los músculos, el cuerpo y la mente se agotan, se desequilibra el funcionamiento del organismo y la conducta se modifica, surgen estados irascibles, agresivos, intolerantes. 
Por medio de la relajación, el alumno se libera de la tensión, evitando  sus efectos nocivos.  Aprende a  cuidar su salud, tomando conciencia del valor del descanso y experimentando el completo bienestar que éste produce. 
Al mismo tiempo, logra estados de introspección y silencio,  que son la puerta a su desarrollo espiritual y emocional.

El Yoga es una experiencia de Valores. 
Libertad: el alumno puede de modificar las posturas que no resulten agradables y puede participar de la clase de manera activa  o pasiva.
Respeto, No violencia, Responsabilidad y Amor: siempre se deben observar y aceptar las  limitaciones que presenta el cuerpo, y no sobrepasarlas para evitar lastimarse. 
Salud y Bienestar: al finalizar la clase el alumno se siente relajado, revitalizado y contento.
Disciplina: para que la postura o el ejercicio salga bien es necesario escuchar y  obedecer consignas precisas.
Igualdad,  Solidaridad y Respeto: no existe un ideal absoluto en el yoga, cada alumno hace lo que puede tratando siempre de superar sus propios límites, pero no superar al otro (no competencia).
Paz y Unidad: el alumno experimenta estos valores en los instantes de silencio interior y en la relajación.
Autoconocimiento: todas las prácticas de Yoga aportan un profundo conocimiento del cuerpo, de los sentimientos, de las emociones y de las propias capacidades.

El Yoga y el docente

Para poder enseñar y aprender en un clima saludable, afectuoso y positivo, el docente debe participar activamente del cambio.  Si él no se modifica sus alumnos no podrán superar los conflictos. 

La clase de Yoga reduce sus niveles de estrés y tensión, tanto física como mental.  Lo lleva a un estado de bienestar que impulsa su actitud positiva y abierta.

Aprende a utilizar el control de la respiración, para desarrollar su inteligencia emocional, interviniendo concientemente en la manera de exteriorizar sus emociones. Su autoestima se ve beneficiada enormemente.

Aprende a relajarse, aprovechando los minutos libres para restaurar su energía, evitando caer en el agotamiento que le impide desarrollar su tarea de manera saludable.

Adquiere herramientas que puede utilizar en sus propias clases para despertar la imaginación de sus alumnos, o bien contrarrestar situaciones conflictivas, de desgano, de sobreexitación, y dispersión.

El Yoga y las relaciones escolares

Aumenta la tolerancia y paciencia, esto da lugar a relaciones de respeto y tranquilidad.

El alumno se encuentra mejor posicionado, ya que su autoestima y la confianza en sí mismo es mayor.  La buena actitud del maestro beneficia enormemente este avance y lo mantiene pleno.

El manejo de la exteriorización de las emociones, reduce las situaciones conflictivas; el alumno y el docente, así como los alumnos entre sí, pueden comunicarse de una manera eficaz, buscando entenderse; logran un diálogo constructivo, siendo éste la base de la pedagogía pacífica.

El Yoga transmite Valores Humanos que establecen relaciones de amor, solidaridad, empatía, igualdad y libertad.

El docente y sus alumnos pueden relacionarse en un ámbito diferente al que están acostumbrados y compartir una actividad que ambos disfrutan.  Esto les permite tener una relación más flexible y profunda.

Todo el estado de equilibrio y bienestar del alumno, sumado a la buena relación con su maestro y sus compañeros, hace que se sienta bien asistiendo a la escuela.  De esta manera, la buena disciplina surge naturalmente.  El niño no tiene la necesidad de revelarse y actuar mal.  Por el contrario, existe el deseo interno de mantener el bienestar y la buena relación con los demás.

El Yoga y el Proceso de enseñanza – aprendizaje

Para que el alumno pueda aprender naturalmente, es necesario que lo haga en un entorno saludable, donde se sienta contenido, apreciado y respetado.  El Yoga instala un ambiente de tranquilidad y buenas relaciones que permiten este entorno optimo para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje. 

La relación del docente con sus alumnos es mejor y él mismo se encuentra en mejores condiciones de salud física, mental y emocional.  De este modo, ejerce su tarea aprovechando toda su creatividad y su capacidad.

Existiendo buena disciplina en el aula, el docente puede dedicar mayor cantidad de tiempo a la enseñanza de los contenidos que a la excesiva puesta de límites.

Tanto el alumno como el docente aumentan su concentración, esto permite que cada contenido pueda ser transmitido y captado con mayor fluidez y naturalidad.  Asimismo, cuando sea necesario, se puede utilizar la relajación como herramienta para restaurar la energía y volver al proceso de enseñanza y aprendizaje con la mente fresca y la concentración alerta nuevamente.

Ciertas posturas, los ejercicios de respiración y los de concentración, equilibran el funcionamiento de los hemisferios cerebrales, esto permite que los alumnos puedan comprender los nuevos contenidos y retenerlos en su memoria con facilidad.

1 comentario:

soylauraO dijo...

Mientras el sistema educativo se empeñe en filetear como milanesas la unidad cuerpo y mente, no lograremos libertad de expresión natural. Los agrupadores temen no poder arriarnos.

Estimular este conocimiento queda en manos de las gloriosas familias y el deseo individual de superarse, hasta tanto se lo aplique en las escuelas.
http://enfugayremolino.blogspot.com/