Antecedentes internos:
Las corrientes de opinión.
La primera década del siglo XIX se vivió en América con mucha expectativa. Todo lo que sucedía en España era seguido con mucha atención y cautela. El Virreinato del Río de la Plata había atravesado situaciones de drama y de gloria en poco tiempo: las dos invasiones inglesas, las reconquistas, el motín de Álzaga, deposición de virreyes, revueltas en Chuquisaca y La Paz, etc., circunstancias que impulsaron diversas corrientes de pensamiento. Éstas son las más significativas:
Los carlotistas
Hacia 1808, algunos habitantes pensaron que la mejor forma de salvar al Río de la Plata era coronar a la Infanta Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII y esposa del Regente de Portugal, que había escapado de Lisboa y establecido su corte en Río de Janeiro. La idea tuvo buena recepción en algunos sectores y se formó el Partido Carlotista, que tuvo integrantes de renombre como Belgrano, Castelli, Berutti, Vieytes y Nicolás Rodríguez Peña. El carlotismo se extendió al interior y a parte de América, pero el excesivo interés demostrado en la coronación de la Infanta por la corte de Brasil despertó temor en Buenos Aires y poco a poco el entusiasmo se fue apagando.
Los colonialistas
Muchos habitantes del Virreinato – tanto españoles como criollos – consideraban que América era un apéndice colonial de España, independientemente de quien ocupe el trono.
Los fernandistas
Este grupo era un acérrimo defensor de los derechos de Fernando VII, aún a sabiendas de que estaba retenido en Francia y con escasas posibilidades de recobrar el poder.
Los partidarios de la independencia
Existieron dos grupos independientistas, que mantenían muchas diferencias entre sí:El primero de ellos lo encabezaba Martín de Álzaga, quien planeó dar el golpe en octubre de 1808, aunque lo postergó hasta el 1° de enero de 1809. Durante la Junta de Guerra de 1807, Alzaga había planteado su intención de "plantar en Buenos Aires bandera republicana". El segundo grupo era liderado por Cornelio Saavedra. Este grupo se oponía al de Álzaga por que consideraba que estaba integrado exclusivamente por peninsulares. No rechazaban del todo la autoridad de Fernando VII pero rechazaban en forma absoluta la dependencia de la Metrópoli que los funcionarios sostenían.
Ver
Política y sociedad
Durante mucho tiempo todo parecía estar tranquilo. Los habitantes del Virreinato vivían sin grandes conflictos. Pero por detrás de las apariencias, había descontento social. El malhumor fue saliendo poco a poco a la luz y se puso de manifiesto en 1810.
La transformación económica que produjo el Tratado de Libre Comercio modificó la vida social y costumbres de los habitantes. Hubo grupos que obtuvieron mucho poder y otros, tradicionalmente poderosos, que lo fueron perdiendo. Hubo gente que se enriqueció de pronto y gente que fue perdiendo su fortuna. Surgieron nuevas profesiones, nuevos oficios y nuevos puestos públicos. Ahora, quienes nacían en familias modestas podían crecer en la escala social.
Claro que este cambio no fue parejo. En Salta, por ejemplo, todo siguió como siempre: los dueños de la hacienda seguían manejando el comercio, la agricultura y la ganadería y los indios eran obligados a trabajar la tierra, al igual que en los primeros días de la colonización. En Tucumán, los comerciantes eran más importantes que los hacendados. Lo concreto es que en todo el Virreinato, los grandes comerciantes y los hacendados se vincularon con los funcionarios virreinales. Esta unión entre los poderes económico y político generó un grupo social que consideraba como el más elevado: "La gente decente". A este grupo accedían también personas que sin ser ricos, pertenecían a familias de linaje o poseían una sólida educación.
Un escalón más abajo estaban los mestizos claros, que se diferenciaban de los negros e indios. Muchos de estos mestizos se enriquecieron con el comercio y la forma para mezclarse con la "gente decente" era mudarse lejos de su lugar de nacimiento, en donde nadie supiera quienes fueron sus padres. En el último lugar de la escala social estaban los indios y los esclavos.
En Buenos Aires el grupo dirigente era integrado por comerciantes muy ricos, funcionarios, miembros de la Iglesia y profesionales. Por debajo de este grupo había una clase intermedia integrada por pequeños comerciantes, artesanos y funcionarios de segundo nivel. Este grupo tenía un deseo fijo: ascender, vivir mejor, pertenecer a los "decentes". El problema es que éstos se aferraban a sus puestos, y trataban de evitar el ingreso de los "intermedios" a la alta sociedad. El lema que movía a los poderosos parecía ser: "cada cual en su lugar".
Y esto no era todo: había un tercer grupo integrado por los blancos pobres, hijos de españoles pobres.
En fin, los "del medio" querían progresar, los "decentes" no querían ceder ni un milímetro en sus privilegios y los blancos pobres no encontraban soluciones; y para colmo, los "decentes" criollos comenzaron a disgustarse con los españoles porque sentían que retenían para ellos los mejores cargos y los grandes negocios.
Todos estos descontentos sociales y enfrentamientos, hicieron eclosión en 1810- ¿Quienes somos?
Condiciones
La primera década del siglo XIX se vivió en América con mucha expectativa. Todo lo que sucedía en España era seguido con mucha atención y cautela. El Virreinato del Río de la Plata había atravesado situaciones de drama y de gloria en poco tiempo: las dos invasiones inglesas, las reconquistas, el motín de Álzaga, deposición de virreyes, revueltas en Chuquisaca y La Paz, etc., circunstancias que impulsaron diversas corrientes de pensamiento. Éstas son las más significativas:
Los carlotistas
Hacia 1808, algunos habitantes pensaron que la mejor forma de salvar al Río de la Plata era coronar a la Infanta Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII y esposa del Regente de Portugal, que había escapado de Lisboa y establecido su corte en Río de Janeiro. La idea tuvo buena recepción en algunos sectores y se formó el Partido Carlotista, que tuvo integrantes de renombre como Belgrano, Castelli, Berutti, Vieytes y Nicolás Rodríguez Peña. El carlotismo se extendió al interior y a parte de América, pero el excesivo interés demostrado en la coronación de la Infanta por la corte de Brasil despertó temor en Buenos Aires y poco a poco el entusiasmo se fue apagando.
Los colonialistas
Muchos habitantes del Virreinato – tanto españoles como criollos – consideraban que América era un apéndice colonial de España, independientemente de quien ocupe el trono.
Los fernandistas
Este grupo era un acérrimo defensor de los derechos de Fernando VII, aún a sabiendas de que estaba retenido en Francia y con escasas posibilidades de recobrar el poder.
Los partidarios de la independencia
Existieron dos grupos independientistas, que mantenían muchas diferencias entre sí:El primero de ellos lo encabezaba Martín de Álzaga, quien planeó dar el golpe en octubre de 1808, aunque lo postergó hasta el 1° de enero de 1809. Durante la Junta de Guerra de 1807, Alzaga había planteado su intención de "plantar en Buenos Aires bandera republicana". El segundo grupo era liderado por Cornelio Saavedra. Este grupo se oponía al de Álzaga por que consideraba que estaba integrado exclusivamente por peninsulares. No rechazaban del todo la autoridad de Fernando VII pero rechazaban en forma absoluta la dependencia de la Metrópoli que los funcionarios sostenían.
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Política y sociedad
Durante mucho tiempo todo parecía estar tranquilo. Los habitantes del Virreinato vivían sin grandes conflictos. Pero por detrás de las apariencias, había descontento social. El malhumor fue saliendo poco a poco a la luz y se puso de manifiesto en 1810.
La transformación económica que produjo el Tratado de Libre Comercio modificó la vida social y costumbres de los habitantes. Hubo grupos que obtuvieron mucho poder y otros, tradicionalmente poderosos, que lo fueron perdiendo. Hubo gente que se enriqueció de pronto y gente que fue perdiendo su fortuna. Surgieron nuevas profesiones, nuevos oficios y nuevos puestos públicos. Ahora, quienes nacían en familias modestas podían crecer en la escala social.
Claro que este cambio no fue parejo. En Salta, por ejemplo, todo siguió como siempre: los dueños de la hacienda seguían manejando el comercio, la agricultura y la ganadería y los indios eran obligados a trabajar la tierra, al igual que en los primeros días de la colonización. En Tucumán, los comerciantes eran más importantes que los hacendados. Lo concreto es que en todo el Virreinato, los grandes comerciantes y los hacendados se vincularon con los funcionarios virreinales. Esta unión entre los poderes económico y político generó un grupo social que consideraba como el más elevado: "La gente decente". A este grupo accedían también personas que sin ser ricos, pertenecían a familias de linaje o poseían una sólida educación.
Un escalón más abajo estaban los mestizos claros, que se diferenciaban de los negros e indios. Muchos de estos mestizos se enriquecieron con el comercio y la forma para mezclarse con la "gente decente" era mudarse lejos de su lugar de nacimiento, en donde nadie supiera quienes fueron sus padres. En el último lugar de la escala social estaban los indios y los esclavos.
En Buenos Aires el grupo dirigente era integrado por comerciantes muy ricos, funcionarios, miembros de la Iglesia y profesionales. Por debajo de este grupo había una clase intermedia integrada por pequeños comerciantes, artesanos y funcionarios de segundo nivel. Este grupo tenía un deseo fijo: ascender, vivir mejor, pertenecer a los "decentes". El problema es que éstos se aferraban a sus puestos, y trataban de evitar el ingreso de los "intermedios" a la alta sociedad. El lema que movía a los poderosos parecía ser: "cada cual en su lugar".
Y esto no era todo: había un tercer grupo integrado por los blancos pobres, hijos de españoles pobres.
En fin, los "del medio" querían progresar, los "decentes" no querían ceder ni un milímetro en sus privilegios y los blancos pobres no encontraban soluciones; y para colmo, los "decentes" criollos comenzaron a disgustarse con los españoles porque sentían que retenían para ellos los mejores cargos y los grandes negocios.
Todos estos descontentos sociales y enfrentamientos, hicieron eclosión en 1810- ¿Quienes somos?
Condiciones
4 comentarios:
Me parce interesantísimo este blog,lo pasaré a mis contactos y ya me suscribí.Gracias!!!!!!!!!!!
Tu amiga de escritoresypoetas.
marcebrise
Gracias por visitar mi blog
Gracias Marcebrise por dejar tu comentario y seguir el blog. Cariños
Muy interesante el artículo sobre historia Argentina,mira que curioso yo vivo como encargado del edificio en S Martin 244,es decir en parte del fondo del mismo edificio donde se cantó por primera vez el himno nacional y en las escrituras originales del edificio dice que linda con la parcela del señor Alzaga,yo vivo para ser mas presiso en el fondo de la parcela de Mariquita thomsom(hermoso articulo me dejó pensando)
Gracias Juan por dejar tu comentario. Cuántas curiosidades tiene nuestra historia y qué lindo es hurgar en ellas. Siempre descubrimos algo nuevo, y si se refiere a nuestras vidas, qué descubrimiento. Cariños (ayer hice un viaje a Bs.As., recorriendo San Telmo, cuánta historia encontramos... )
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