En 1968 aparece la primera publicación y en 1983 se vuelve a editar el bet seller “El vendedor más grande del mundo”, de Og Mandino (1923-1996), gurú de las ventas que, animado a escribir por su madre, optó por no asistir a la Universidad de Missouri, tras la muerte repentina de ésta.
Diez son los pergaminos a través de los cuales expone sus enseñanzas, a uno de sus discípulos, a través de las cuales relata, bajo su punto de vista, los principios para tener éxito.
Hoy comienzo una nueva vida.
Hoy mudaré mi viejo pellejo que ha sufrido, durante tanto tiempo las contusiones del fracaso y las heridas de la mediocridad.
Hoy nazco de nuevo y mi lugar de nacimiento es una viña donde hay fruto para todos.
Hoy cosecharé uvas de sabiduría de las vides más altas y cargadas de fruta de la viña, porque éstas fueron plantadas por los más sabios que han venido antes que yo, de generación en generación.
Hoy saborearé el gusto de las uvas frescas de las vides, y ciertamente me tragaré la semilla del éxito encerrada en cada una y una nueva vida retoñará dentro de mí.
Mis acciones son gobernadas por el apetito, la pasión, el prejuicio, la avaricia, el amor, el temor, el medio ambiente… y el peor de estos tiranos es el mal hábito.
En realidad la única diferencia entre aquellos que han fracasado y aquellos que han tenido éxito reside en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave del éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso.
¿Qué es el éxito sino un estado mental? Somos esclavos de los hábitos que nos formamos, y estos deben ser, por lo tanto, buenos hábitos.
Cuando un acto se hace fácil mediante la repetición constante se convierte en un placer realizarlo, y si es un placer realizarlo corresponde a la naturaleza del hombre el realizarlo con frecuencia.
Es la perseverancia el componente más importante para conseguir nuestras metas, ni el talento, ni la suerte, ni las relaciones por si solas pueden ayudarnos sin perseverancia.
La imitación es un suicidio, la envidia es ignorancia (Ralph Waldo Emerson).
Si hay algo que debemos explotar es que somos criaturas únicas en la naturaleza, nunca ha nacido nadie exactamente igual a nosotros, a nuestra manera de hablar, y debemos conservar esta singularidad.
Si vivimos este día como si fuera el último de nuestras vidas, no debermos perder ni un minuto en lamentaciones sobre cosas que no podemos modificar, sobre errores que hemos cometido y que pertenecen al pasado.
Nuestro último día deber ser nuestro mejor día. Debemos y podemos controlar nuestras emociones. Nuestras acciones deben controlar nuestros sentimientos y no al contrario.” (Extracto de “El vendedor más grande del mundo” – Og Mandino)
http://eraseunavezeninternet.blogspot.com/2009/02/el-camino-y-el-pergamino.html
24 feb 2009
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