Treinta preceptos para usar un libro
En 1909, Harold Klett publicó en The Library Journal de Nueva York un artículo titulado “Don’t”, en el que se recogían 30 preceptos (mejor dicho, prohibiciones) relacionados con los libros.
Son los siguientes:
1.- No leer en la cama.
2.- No poner notas marginales, a menos que sea un Coleridge.
3.- No doblar las puntas de las hojas.
4.- No cortar con negligencia los libros nuevos.
5.- No garabatear vuestro interesante y precioso autógrafo en las páginas del título.
6.- No poner en un volumen de un peso, una encuadernación de cien pesos.
7.- No mojar la punta de los dedos para dar más fácilmente la vuelta a las hojas.
8.- No leer comiendo.
9.- No fiar los libros preciosos a malos encuadernadores.
10.- No dejar caer sobre el libro las cenizas del cigarro, y aún mejor no fumar leyendo. Esto perjudica la vista.
11.- No arrancar de los libros los grabados antiguos.
12.- No colocar vuestros libros sobre el borde exterior o canal, como se hace frecuentemente cuando se lee y se interrumpe momentáneamente la lectura, en vez de tomarse el trabajo de cerrar el libro después de haber puesto una señal.
13.- No hacer secar hojas de plantas dentro de los libros.
14.- No tener los estantes de las bibliotecas encima de los picos del gas.
15.- No sostener los libros sujetándolos por las tapas.
16.- No estornudar sobre las páginas.
17.- No arrancar las hojas de guarda de las tapas.
18.- No comprar libros sin valor.
19.- No limpiar los libros con trapos sucios.
20.- No tener los libros encerrados en arquillas, escritorios, cómodas, ni armarios: tienen necesidad de aire.
21.- No encuadernar juntos dos libros diferentes.
22.- En ningún caso sacar las láminas y los mapas de los libros.
23.- No cortar los libros con horquillas para el cabello.
24.- No hacer encuadernaciones de los libros en cuero de Rusia.
25.- No emplear los libros para asegurar las sillas o mesas cojas.
26.- No arrojar los libros a los gatos, ni contra los niños.
27.- No romper los libros abriéndolos enteramente y por la fuerza.
28.- No leer los libros encuadernados muy cerca del fuego o de la chimenea, ni en la hamaca, ni embarcado.
29.- No dejar que los libros tomen humedad.
30.- No olvidar estos consejos.
8 nov 2008
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2 comentarios:
La verdad que acordarse de todo esto restaría disfrute al momento mágico de la lectura. Debe ser una persona muy amargada este señor
Y todo lo prohibido es tentador... Gracias José por tu comentario.
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