Desde la invención de la escritura, se ha requerido de un soporte para que esta deje su huella indeleble, y así lo plasmado sea leído por generaciones futuras. Preservar la información es la principal función y el objetivo de la escritura. Así como el de las bibliotecas siempre ha sido preservar esos datos y darle acceso a las generaciones futuras que lo requieran.
Siendo fundamento para la escritura, los tipos de soporte, han evolucionado desde las pinturas rupestres, tablillas de arcilla y cera, el papiro utilizado por los egipcios, el pergamino conocido por ser la materia prima de los códices, luego el papel y la aparición de la imprenta, incrementado la cantidad de escritos, temáticas, y diversificando la posibilidad de acceso a los libros, luego os dispositivos de almacenamiento de archivos digitales En el presente son los libros electrónicos (E-books) y la tinta electrónica quienes han transformado la forma habitual de leer.
Las bibliotecas también han cambiado con el paso de los años y con los avances tecnológicos, evolucionando de forma tal que el acceso a la información es un derecho para todo aquel que requiera acceder a ella.
Dándole un rápido vistazo a la evolución de las bibliotecas, es necesario recordar aquellas bibliotecas elitistas pertenecientes a monarquías, clero o burguesía en general; cuyo uso era reservado y la información celosamente resguardada. Con la aparición de la imprenta, se incrementaron proporcionalmente las temáticas y la cantidad de libros producidos, pues los transcriptores que escribían el libro de forma completamente manual, fueron desplazados.
Posteriormente, las organizaciones de diferentes índoles y el Estado comprendieron la importancia de garantizar el acceso a la información como derecho y se crea la necesidad de las bibliotecas universitarias, bibliotecas públicas, bibliotecas corporativas, inclusive podemos encontrar bibliotecas en la actualidad según su púbico objetivo, como bebetecas (1), audiotecas (2), videoteca (3), bibliotecas braille (4). También hay las que tienen su colección en formato digital, disponible desde computador, utilizando la tecnología como aliado.
Las bibliotecas deben trabajar en conjunto con la tecnología, sin perder la perspectiva. Pues muchas veces el enfoque es hacia la información y no hacia el usuario. Es imprescindible tener en cuenta que la razón de existir de las bibliotecas son los usuarios, no la información en sí. Partiendo de esa premisa, se puede afirmar que las leyes propuestas por Ranganathan (5) siguen vigentes. Dichas leyes son:
1. Los libros son para usarse.
2. A cada lector su libro.
3. A cada libro su lector.
4. Hay que ahorrarle tiempo al lector.
5. La biblioteca es un organismo en constante crecimiento.
1. Los libros son para usarse.
2. A cada lector su libro.
3. A cada libro su lector.
4. Hay que ahorrarle tiempo al lector.
5. La biblioteca es un organismo en constante crecimiento.
Contemplar estas leyes no quiere decir que quienes están a cargo de las bibliotecas, harán la investigación por el usuario, o que los diferentes soportes no deben ser cuidados y resguardados, sino que las bibliotecas deben evolucionar para que el usuario sea autosuficiente y pueda obtener la información que necesita de una manera rápida y efectiva.
La evolución de las bibliotecas, debe apuntar a aprovechar la tecnología disponible y arquitecturas innovadoras para ofrecer servicios nuevos o adicionales, en los cuales podrían emplearse libros electrónicos, cuyas ventajas y beneficios son plausibles.
Hablando en términos financieros, se puede afirmar que:
- 46% del presupuesto de las bibliotecas se destina al personal y tan solo el 7% del presupuesto de las bibliotecas se destina al contenido electrónico, según cifras publicadas por el Grupo Kaizen.
- El costo producción de un libro que sale a la venta por $26 es de $4,05. Para un libro electrónico el costo de producción es de sólo $0,50 y el precio a la venta es de $2,12.
- Mayor ingreso a los autores de las obras, pues según el observatorio tecnológico del Gobierno de España, “los autores reciben actualmente un máximo de un 10%, cifra a la que solamente llegan aquellos que venden mucho, del precio final de sus obras. [No obstante] existen plataformas de venta de libros [electrónicos] que reportan un 70% del precio de venta a los creadores”.
Para leer más puede ir a http://www.doknos.com/node/90
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