En IDEO proponen tres aplicaciones distintas sobre el futuro del libro electrónico a medio y largo plazo con un vídeo fantástico, y creo que es necesario hablar un poco de esas posibilidades que tan bien han planteado.
En el vídeo hablan de tres tipos de función, Nelson, Copland y Alice, partiendo de la misma base física -un ebook muy avanzado o un tablet, dependiendo ya de cada uno-, podemos ver diferentes usos.
Nelson es más técnico, más orientado al profesional. Hay poco que decir, un buen uso de la red y de la comunidad nos da un acceso a la información que puede facilitar el trabajo de manera exponencial. Poco que añadir.
Coupland se decanta por la lectura social, las recomendaciones y los comentarios en una red social de literatura, como es, en menor medida que la maravilla que se nos enseña de manera conceptual, Lecturalia.
Quizá lo más interesante es Alice. Es el nombre que le han dado al hecho de la lectura, usando las herramientas que ya tenemos a mano. La interacción con el movimiento del aparato, la capacidad de revelar capítulos nuevos mediante geolocalización, la posibilidad de que los propios personajes del libro interactúen con el lector mediante tweets, correos o mensajes de Facebook…
Keith Stuart, en The Guardian, se ve con buenos ojos tanta novedad pero se hace una pregunta clave: ¿no es posible que tanta interactividad nos haga perder el hilo de la lectura? Es decir, es genial poder acceder a fotos del Congo Belga en la época colonial belga mientras leo El corazón de las tinieblas… pero parar a mitad de uno de sus capítulos puede ser fatal para el conjunto de la narración.
Está claro que para la ficción interactiva creada a propósito es una posibilidad perfecta. Si ya está pensado cada paso y cada capítulo para crear un todo con las novedades nos encontraremos con un nuevo tipo de literatura, más cercana al audiovisual (y puede que más atractiva para los nativos digitales).
Por otra parte, yo creo que la ficción interactiva es maravillosa para disfrutar de la relectura. Coger un libro, pongamos de nuevo El corazón de las tinieblas como ejemplo, y poder, no sé, disfrutar de una introducción hablada mientras vemos unas fotos relacionadas y se nos descubre un glosario de términos marítimos… o de referencias históricas que podemos consultar y así enriquecer una lectura que ya habíamos disfrutado. Por no hablar de coger una novela de Sherlock Holmes y poder acceder al mismo escenario al que se enfrenta el personaje y poner a prueba nuestras dotes de observación.
¿Nos enfrentamos entonces a un dispositivo dedicado al ocio? Indudablemente. ¿Divertido? Estoy contando los días para que esto se haga realidad.
1 comentario:
A mí me parecería genial poder estar premunido de toda clase de información, referencias y alcances; creo que ello me daría más profundidad en la comprensión de lectura. Un gran abrazo y muchas gracias por la información.
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