Que diferente de aquel *Decálogo del buen bibliotecario de Eco*. Y a la
vista de los puntos tratados, no dudo en afirmar que puede ser adaptado a
cualquier cargo que quiera mantenerse al día y ser competente en su
profesión.* *
EL BUEN BIBLIOTECARIO
Según el Diccionario de la Real Academia Española *bibliotecario, ria*
Persona que tiene a su cargo el cuidado, ordenación y servicio de una
biblioteca.
Todos estamos hartos de escuchar (y de sufrir en carne propia) lo mal que
atiende a los usuarios el bibliotecario de aquella biblioteca, lo poco
amigos que son de prestar los libros, la falta de colaboración en la
orientación de una lectura, etc., *Umberto Eco* utilizo la maestría de su
escritura para enseñar *irónicamente* a los profesionales de la biblioteca,
las premisas que todo buen bibliotecario debe cumplir, el texto se llama
* DECÁLOGO BIBLIOTECARIO*
*PREMISA*: La finalidad de una biblioteca es custodiar los libros e impedir
que resulten dañados. Una manera eficaz de conseguir este resultado es
imposibilitar que los lectores los toquen; la segunda, y más perfecta, es
impedir que lleguen a conocer su existencia. Para ello cabe hacer lo
siguiente:
1. Complicar al máximo los catálogos. Separar premeditadamente los
catálogos de autores de los de materias y revistas, disponiéndolos incluso
en salas diferentes.
1. Si es posible puede tenerse, por cada catálogo, uno distinto para las
adquisiciones anteriores (hasta 1960). Las adquisiciones posteriores se
tendrán en una lista aparte, absolutamente inaccesible. La grafía y
redacción de los nombres de los autores han de variar de catálogo en
catálogo. Por ejemplo “Chzikovskij” en el moderno y “Tschaikowsky” en el
antiguo. El alfabético de materias debe estar redactado según decisión
propia del bibliotecario, siguiendo sus peculiares intereses privados.
1. Se debe prohibir que los editores sugieran en la contraportada una
relación de los encabezamientos de materia bajo los que el libro debiera ser
clasificado.
1. La signatura debe ser totalmente intranscribible y con muchas siglas,
algunas de las cuales deben parecer irrelevantes. Procurar que la papeleta
de petición esté redactada de forma imperfecta, de modo que le pueda ser
devuelta al lector, obligándole a rehacerla de nuevo.
1. El tiempo transcurrido entre la petición y la recepción del libro debe
ser muy largo. Las papeletas deben introducirse en una especie de rueda de
la fortuna y desaparecer por los subterráneos. Allí serán atendidas de
manera arbitraria por subalternos minusválidos. Sería de agradecer alguna
extremidad artificial o, mejor, una manga sujeta con un imperdible a la
espalda. El subalterno ideal es el que lleva un solo libro en cada viaje. En
cualquier caso, es necesario que este subalterno sea completamente incapaz,
de modo que al subirse a las escaleras para alcanzar las estanterías más
altas consiga precipitar trágicamente decenas de libros al suelo.
1. Nunca se ha de prestar más de un libro. No debe permitirse que el
lector entre en la biblioteca con un libro propio para compararlo con el
prestado por la biblioteca. Toda comparación es siempre odiosa. Actuar de
modo que los libros solicitados no lleguen jamás a ser llevados a la sala de
lectura.
1. Esforzarse por conseguir una ausencia total de fotocopiadoras. Si ya
hubiese, que sean pocas, preferentemente, sólo una, no utilizable por el
lector, que se fotocopien pocas páginas, a precio muy caro, después de una
larga cola y entregando las fotocopias al día siguiente.
1. El préstamo de los libros para fuera de la biblioteca debe variarse
sistemáticamente de modo que frustre cualquier intento. Conseguir que el
préstamo interbibliotecario sea utópico. Impedir que el lector llegue a
tener el más mínimo conocimiento de los catálogos de otras bibliotecas.
1. Los horarios de apertura deben coincidir completamente con los
horarios laborales; sobre todo merece la pena conseguir que las bibliotecas
estén cerradas a la hora de comer, por la noche, los sábados y las fiestas
de guardar. Hacer lo posible para que, en su tiempo libre, el usuario no se
canse leyendo y se dedique al deporte.
1. No debe ser posible que el lector pueda reconfortarse con un pequeño
refresco en el interior de la biblioteca: el que quiera un café debe salir y
al salir devolver todos los libros prestados, de manera que al regresar
tenga que repetir todo el proceso de petición. No debe ser posible
encontrarse el mismo libro al día siguiente. Ha de ser imposible saber quién
lo tiene prestado en ese momento.
NORMA DORADA: El lector no debe tener acceso, bajo ningún concepto, a las
estanterías. -
NORMA ADICIONAL: El objetivo primordial es conseguir que la biblioteca
permanezca completamente cerrada la mayor parte del año por orden
gubernativa.
Pero para que todos sigamos mejorando en nuestra profesión, Fabrizio Ferri
Benedetti <http://fbenedetti. blogalia. com/> nos presenta su Etología del
Bibliotecario <http://fbenedetti. blogalia. com/historias/ 10096>, que guarda
cierto parecido con el anterior que trata de refrescar conocimientos.
* * *DECÁLOGO DEL BUEN BIBLIOTECARIO ** ** *
1. Reconoceré que el universo de la cultura informacional está cambiando
muy rápidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a
esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y
quieren.
2. Me educaré sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscaré
formas de incorporar lo que aprendo a los servicios de la biblioteca.
3. No seré paternalista en relación a mi biblioteca, sino que observaré
claramente su situación y haré una evaluación honesta lo que puede ser
mejorado.
4. Seré un participante activo para mejorar mi biblioteca.
5. Reconoceré que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajaré
con mis colegas para fomentar nuestra sensibilidad a que ésto cambie.
6. Seré valiente para enfrentarme a la propuesta de nuevos servicios y
nuevos modos de mejorarlos, aunque algunos de mis colegas sean reacios.
7. Mostraré ilusión por los cambios positivos y transmitiré esto a mis
colegas y usuarios.
8. Dejaré de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de
hacerlas ahora incluso si éstas me parecen muy importantes.
9. Tendré una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios,
estando dispuesto a cometer errores.
10. No esperaré hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público,
sino que lo mejoraré continuamente basándome en el feedback del usuario.
Fuente. h. helena: biblioeib@gruposyah oo.com
vista de los puntos tratados, no dudo en afirmar que puede ser adaptado a
cualquier cargo que quiera mantenerse al día y ser competente en su
profesión.* *
EL BUEN BIBLIOTECARIO
Según el Diccionario de la Real Academia Española *bibliotecario, ria*
Persona que tiene a su cargo el cuidado, ordenación y servicio de una
biblioteca.
Todos estamos hartos de escuchar (y de sufrir en carne propia) lo mal que
atiende a los usuarios el bibliotecario de aquella biblioteca, lo poco
amigos que son de prestar los libros, la falta de colaboración en la
orientación de una lectura, etc., *Umberto Eco* utilizo la maestría de su
escritura para enseñar *irónicamente* a los profesionales de la biblioteca,
las premisas que todo buen bibliotecario debe cumplir, el texto se llama
* DECÁLOGO BIBLIOTECARIO*
*PREMISA*: La finalidad de una biblioteca es custodiar los libros e impedir
que resulten dañados. Una manera eficaz de conseguir este resultado es
imposibilitar que los lectores los toquen; la segunda, y más perfecta, es
impedir que lleguen a conocer su existencia. Para ello cabe hacer lo
siguiente:
1. Complicar al máximo los catálogos. Separar premeditadamente los
catálogos de autores de los de materias y revistas, disponiéndolos incluso
en salas diferentes.
1. Si es posible puede tenerse, por cada catálogo, uno distinto para las
adquisiciones anteriores (hasta 1960). Las adquisiciones posteriores se
tendrán en una lista aparte, absolutamente inaccesible. La grafía y
redacción de los nombres de los autores han de variar de catálogo en
catálogo. Por ejemplo “Chzikovskij” en el moderno y “Tschaikowsky” en el
antiguo. El alfabético de materias debe estar redactado según decisión
propia del bibliotecario, siguiendo sus peculiares intereses privados.
1. Se debe prohibir que los editores sugieran en la contraportada una
relación de los encabezamientos de materia bajo los que el libro debiera ser
clasificado.
1. La signatura debe ser totalmente intranscribible y con muchas siglas,
algunas de las cuales deben parecer irrelevantes. Procurar que la papeleta
de petición esté redactada de forma imperfecta, de modo que le pueda ser
devuelta al lector, obligándole a rehacerla de nuevo.
1. El tiempo transcurrido entre la petición y la recepción del libro debe
ser muy largo. Las papeletas deben introducirse en una especie de rueda de
la fortuna y desaparecer por los subterráneos. Allí serán atendidas de
manera arbitraria por subalternos minusválidos. Sería de agradecer alguna
extremidad artificial o, mejor, una manga sujeta con un imperdible a la
espalda. El subalterno ideal es el que lleva un solo libro en cada viaje. En
cualquier caso, es necesario que este subalterno sea completamente incapaz,
de modo que al subirse a las escaleras para alcanzar las estanterías más
altas consiga precipitar trágicamente decenas de libros al suelo.
1. Nunca se ha de prestar más de un libro. No debe permitirse que el
lector entre en la biblioteca con un libro propio para compararlo con el
prestado por la biblioteca. Toda comparación es siempre odiosa. Actuar de
modo que los libros solicitados no lleguen jamás a ser llevados a la sala de
lectura.
1. Esforzarse por conseguir una ausencia total de fotocopiadoras. Si ya
hubiese, que sean pocas, preferentemente, sólo una, no utilizable por el
lector, que se fotocopien pocas páginas, a precio muy caro, después de una
larga cola y entregando las fotocopias al día siguiente.
1. El préstamo de los libros para fuera de la biblioteca debe variarse
sistemáticamente de modo que frustre cualquier intento. Conseguir que el
préstamo interbibliotecario sea utópico. Impedir que el lector llegue a
tener el más mínimo conocimiento de los catálogos de otras bibliotecas.
1. Los horarios de apertura deben coincidir completamente con los
horarios laborales; sobre todo merece la pena conseguir que las bibliotecas
estén cerradas a la hora de comer, por la noche, los sábados y las fiestas
de guardar. Hacer lo posible para que, en su tiempo libre, el usuario no se
canse leyendo y se dedique al deporte.
1. No debe ser posible que el lector pueda reconfortarse con un pequeño
refresco en el interior de la biblioteca: el que quiera un café debe salir y
al salir devolver todos los libros prestados, de manera que al regresar
tenga que repetir todo el proceso de petición. No debe ser posible
encontrarse el mismo libro al día siguiente. Ha de ser imposible saber quién
lo tiene prestado en ese momento.
NORMA DORADA: El lector no debe tener acceso, bajo ningún concepto, a las
estanterías. -
NORMA ADICIONAL: El objetivo primordial es conseguir que la biblioteca
permanezca completamente cerrada la mayor parte del año por orden
gubernativa.
Pero para que todos sigamos mejorando en nuestra profesión, Fabrizio Ferri
Benedetti <http://fbenedetti. blogalia. com/> nos presenta su Etología del
Bibliotecario <http://fbenedetti. blogalia. com/historias/ 10096>, que guarda
cierto parecido con el anterior que trata de refrescar conocimientos.
* * *DECÁLOGO DEL BUEN BIBLIOTECARIO ** ** *
1. Reconoceré que el universo de la cultura informacional está cambiando
muy rápidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a
esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y
quieren.
2. Me educaré sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscaré
formas de incorporar lo que aprendo a los servicios de la biblioteca.
3. No seré paternalista en relación a mi biblioteca, sino que observaré
claramente su situación y haré una evaluación honesta lo que puede ser
mejorado.
4. Seré un participante activo para mejorar mi biblioteca.
5. Reconoceré que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajaré
con mis colegas para fomentar nuestra sensibilidad a que ésto cambie.
6. Seré valiente para enfrentarme a la propuesta de nuevos servicios y
nuevos modos de mejorarlos, aunque algunos de mis colegas sean reacios.
7. Mostraré ilusión por los cambios positivos y transmitiré esto a mis
colegas y usuarios.
8. Dejaré de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de
hacerlas ahora incluso si éstas me parecen muy importantes.
9. Tendré una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios,
estando dispuesto a cometer errores.
10. No esperaré hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público,
sino que lo mejoraré continuamente basándome en el feedback del usuario.
Fuente. h. helena: biblioeib@gruposyah oo.com
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