Nicolás, obispo de Myra (Lieja) en el sudeste de Turquía, se convierte en uno de los santos más populares del mundo, por sus milagros y también por su comercialización.
Aunque no hay pruebas se cree que participa en el Concilio de Nicea del año 325, luchando contra el arrianismo. Muere en el 350 y su cuerpo es trasladado a Bari en 1087, y también a Lorraine por el caballero Aubert de Port.
En 1477 el duque René II proclama a Nicolás patrón de la Lorena, pero también se convierte en patrón de Grecia y Rusia, así como patrón de los niños, navegantes, jóvenes casaderas y comerciantes.
A Nicolás se le atribuyen muchos milagros, todos ellos con la curiosa participación del número tres. Así, hace llegar tres bolsas de oro a tres jóvenes doncellas pobres para que tengan dote y puedan casarse, librándolas de esta forma de la prostitución; devuelve a la vida a tres niños muertos por un carnicero; salva a tres hombres injustamente condenados a muerte; y salva a tres marineros en las costas de Turquía.
La leyenda de san Nicolás es interpretada por algunos mitólogos como la de un chamán que viajaba desde Laponia en un reno que volaba, y acudía al lecho de los niños enfermos, no para traerles regalos como se hace ahora, sino para curarlos de la enfermedad que les afectaba.
Su fiesta, trayendo regalos a los niños, algo semejante a la de los Reyes Magos en España, empezó a popularizarse en los Países Bajos y se extendió a Norteamérica, celebrándose el 6 de diciembre.
Aunque no hay pruebas se cree que participa en el Concilio de Nicea del año 325, luchando contra el arrianismo. Muere en el 350 y su cuerpo es trasladado a Bari en 1087, y también a Lorraine por el caballero Aubert de Port.
En 1477 el duque René II proclama a Nicolás patrón de la Lorena, pero también se convierte en patrón de Grecia y Rusia, así como patrón de los niños, navegantes, jóvenes casaderas y comerciantes.
A Nicolás se le atribuyen muchos milagros, todos ellos con la curiosa participación del número tres. Así, hace llegar tres bolsas de oro a tres jóvenes doncellas pobres para que tengan dote y puedan casarse, librándolas de esta forma de la prostitución; devuelve a la vida a tres niños muertos por un carnicero; salva a tres hombres injustamente condenados a muerte; y salva a tres marineros en las costas de Turquía.
La leyenda de san Nicolás es interpretada por algunos mitólogos como la de un chamán que viajaba desde Laponia en un reno que volaba, y acudía al lecho de los niños enfermos, no para traerles regalos como se hace ahora, sino para curarlos de la enfermedad que les afectaba.
Su fiesta, trayendo regalos a los niños, algo semejante a la de los Reyes Magos en España, empezó a popularizarse en los Países Bajos y se extendió a Norteamérica, celebrándose el 6 de diciembre.
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